Practicar algún ejercicio físico vigoroso al menos media hora, tres veces por semana, reduce en forma significativa el riesgo de deterioro cognitivo y demencia.
El MercurioSANTIAGO.- ¿Cuán buena es su salud ocular?, ¿y su audición?, ¿sufre molestias estomacales o renales?
Mejorar y mantener bajo control una serie de factores de salud como éstos, tradicionalmente no asociados al deterioro cognitivo, podría reducir el riesgo de una persona de desarrollar alzheimer y otras demencias dentro de cinco a diez años, afirma un estudio canadiense publicado la semana pasada en la revista Neurology.
Los investigadores analizaron la salud general de 7.239 hombres y mujeres de 65 años o más. Para eso, desarrollaron un cuestionario que evaluaba 19 aspectos de salud general.
Cinco y 10 años después de hacer el test, analizaron cuántas personas habían muerto, cuántas desarrollaron alzheimer, y cuántas, demencia.
Las personas de mayor edad y que estaban sanas al inicio del estudio, tuvieron 18% de posibilidades de desarrollar demencia al cabo de 10 años. Sin embargo, entre aquellos que presentaban de ocho a 12 problemas de salud en el test, su riesgo de presentar demencia fue de 30 y 40%, respectivamente, durante el mismo período.
Efecto acumulativo
Los hallazgos demuestran que el efecto acumulativo de padecer múltiples déficits de salud es un factor de riesgo para el alzheimer y la demencia, dicen los autores, quienes aclaran que esto es independiente de la edad de la persona y de si padecía factores de riesgo tradicionalmente asociados a demencia.
"Siempre se ha reconocido la conexión del alzheimer con la edad, los factores vasculares, la depresión o la presencia de apolipoproteína E (APOE), pero no se tenía conocimiento de que indicadores de fragilidad usualmente presentes, con el transcurso del tiempo, tuvieran responsabilidad en la aparición de demencia", dice el doctor Patricio Fuentes, de la Unidad de Neurología Cognitiva y Demencias del Hospital del Salvador.
El doctor Kenneth Rockwood, del Depto. de Medicina de la Universidad Dalhousie y autor principal del estudio, dijo a "El Mercurio" que a partir de sus hallazgos, es posible inferir que "pequeños efectos positivos sobre el estado de salud general se acumulan para generar un beneficio. El mejor ejemplo es el ejercicio: según el Estudio Canadiense de Salud y Envejecimiento (CSHA), las personas que hacían al menos 30 minutos diarios de ejercicio vigoroso tres veces a la semana redujeron de forma sustancial su riesgo de demencia (y de muerte)".
Asimismo, chequeos periódicos de salud y seguir las indicaciones médicas reducen el riesgo de que los déficits de salud se agraven y aumenten la fragilidad de la persona.
Actividad y dieta
Estudios anteriores sugieren otros factores que reducirían el riesgo de alzheimer. Entre éstos, una vida social, física y cognitivamente activa, pues esto aumentaría la reserva cerebral y reduciría el riesgo de depresión; la alta ingesta de grasas poliinsaturadas y una dieta mediterránea, rica en frutas, verduras y pescado. Otro consejo es el uso de antihipertensivos y fármacos para bajar el colesterol en caso de sufrir estos trastornos.
Evaluando la fragilidad
Los investigadores canadienses crearon un "Índice de Factores No Tradicionales de Fragilidad" para medir 19 aspectos de salud no asociados a demencia. Dependiendo de cuán bien o cuán deteriorado está cada factor, se asigna un puntaje de 0 a 5. Las preguntas son:
-¿Cuán buena es su salud?
-¿Cuán buena es su visión?
-¿Cuán buena es su audición?
-¿Está bien su prótesis dental?
-¿Tiene artritis o reumatismo?
-¿Tiene problemas oculares?
-¿Tiene problemas de oídos?
-¿Tiene problemas estomacales?
-¿Tiene problemas renales?
-¿Tiene incontinencia urinaria?
-¿Tiene incontinencia intestinal?
-¿Tiene problemas en sus pies o tobillos?
-¿Se le congestiona la nariz o suele estornudar?
-¿Ha sufrido fracturas?
-¿Tiene problemas torácicos?
-¿Tiene problemas cutáneos?
-¿Tiene problemas dentales?
-¿Ha tenido otros problemas?