WASHINGTON.- Los exámenes de ADN de sangre de mujeres embarazadas permiten determinar el sexo del bebé después de siete semanas de gestación, así como descartar anomalías genéticas sin representar un riesgo para el feto, indicó un estudio estadounidense publicado el martes.
El estudio, que revisó investigaciones previas sobre el tema, sugiere que examinar el ADN del feto a partir de la sangre de la madre es un método más preciso que un análisis de orina o una ecografía y más seguro que una amniocentesis.
Además, este estudio puede hacerse antes que una ecografía, que suele ser exacta recién entre las 11 y las 14 semanas de gestación, y que una amniocentesis, que toma muestras del líquido de la bolsa que rodea al feto y conlleva un pequeño riesgo de aborto involuntario.
"La disponibilidad de una alternativa confiable no invasiva para determinar el sexo del feto reduciría la pérdida no deseada de éste y presumiblemente sería bien recibido por las mujeres embarazadas con fetos con riesgo de anomalías", dijo el estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
La estudio revisó 57 estudios, de los cuales 3.524 fueron embarazos en los que el feto era varón, y 3.017 en los que el feto era de sexo femenino, y tuvo una tasa de eficacia de 95-99%.
La tecnología para detectar la presencia de ADN fetal en el plasma de mujeres embarazadas está disponible desde 1997.
Muchos países de Europa, incluyendo Francia, España, Gran Bretaña y Holanda ya ofrecen este examen a las mujeres embarazadas como una prueba de rutina.
Algunas compañías también venden en Internet estos exámenes, presentados como una prueba no médica para padres curiosos sobre el sexo de su hijo.