BARCELONA.- El Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) de Barcelona triplicó su capacidad de cálculo con la incorporación de un nuevo sistema de Bull, basado en nodos bullx equipados con procesadores Intel y unidades de procesamiento gráfico (GPU) de Nvidia.
Con esta nueva máquina y el actual supercomputador MareNostrum, el consorcio público triplica los recursos de supercomputación a disposición de la comunidad científica y ocuparía actualmente la posición 90 del Top 500, según informó hoy el Centro Nacional de Supercomputación.
El equipamiento dispone de aceleradores gráficos destinados a reforzar la investigación en modelos de programación, herramientas de desarrollo y portabilidad de aplicaciones.
El nuevo cluster tiene un rendimiento pico de 186 Teraflops, con lo que dobla la capacidad de cálculo del superordenador MareNostrum, a pesar de que consume siete veces menos energía y ocupa un espacio trece veces menor.
A diferencia del MareNostrum, la nueva máquina del BSC-CNS es de propósito específico y, aunque no puede ser utilizada de forma genérica, ofrece un rendimiento óptimo para algunas aplicaciones o programas.
Según el director del BSC-CNS, Mateo Valero, el Centro está capacitado para ofrecer, en determinadas aplicaciones, "el uso óptimo del nuevo sistema, favoreciendo un aumento sustancial de su rendimiento".
El director asociado del BSC-CNS, Francesc Subirada, considera que las nuevas herramientas del centro "posibilitan la utilización óptima de los recursos de supercomputación, acelerando el rendimiento de aplicaciones complejas y de gran impacto social, como el análisis del genoma, imágenes sísmicas o el diseño de nuevos materiales".
Este cluster formará parte de la Red Española de Supercomputación (RES) y permitirá a los científicos españoles acceder a más recursos de supercomputación mediante el actual Comité de Acceso. El súper-computador español está asociado al proyecto de infraestructura Europea de HPC (High Performance Computing o Computación de Altas Prestaciones).
A medio plazo, los súper-computadores europeos ofrecerán una potencia de cálculo de varios Petaflops, o mil billones de operaciones por segundo, y a largo plazo, habrá ordenadores de altas prestaciones con una potencia de Exaflops, es decir un trillón de operaciones por segundo.
