Los huecos forman agrupaciones dentro de un cráter fotografiado por la sonda Messenger.
ReutersWASHINGTON.- La sonda Messenger de la NASA, la primera nave espacial en entrar en la órbita de Mercurio, encontró "extraños huecos" en la superficie del planeta, que confunden a los científicos a cargo de la misión.
"Nunca hemos visto nada como esto en una superficie rocosa", comentó David Blewett, miembro del grupo de científicos del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, que dirige la misión del artefacto explorador.
Según los primeros análisis, el hallazgo muestra que el planeta más cercano al Sol "está todavía en evolución de una forma sorprendente".
En Mercurio no hay atmósfera. Sin ella, no hay viento, lluvia ni otros fenómenos que modifican la superficie de planetas como la Tierra. Por ello, las fuerzas que provocan estos singulares accidentes en el terreno son un misterio.
Efecto del "clima espacial"
Para los expertos, el hecho de que Mercurio sea el planeta más cercano al Sol y que esté expuesto al "clima espacial extremo" puede estar detrás de la formación de los huecos, cuyas dimensiones oscilan entre 18 metros y 1,6 kilómetros de longitud, y 18 y 36 metros de profundidad.
"Hemos estado pensando en Mercurio como en una reliquia. Un lugar que realmente no cambia mucho, excepto por los cráteres de impacto", explicó Blewett. Sin embargo, añadió, estos huecos recién descubiertos a través de imágenes tomadas desde la órbita “parecen ser más jóvenes que los cráteres donde se encuentran y eso significa que la superficie de Mercurio está todavía evolucionando de una manera sorprendente".
La rapidez con la que Mercurio recorre su órbita, que lo vuelve un blanco muy difícil para las astronaves terrestres, además de la temperatura y la poderosa influencia del Sol, hacen extremadamente costoso estudiarlo. La Messenger es la primera en entrar en su órbita, y sus descubrimientos han entregado una nueva imagen de este pequeño planeta.