SANTIAGO.- Los paisajes de la Patagonia chilena tienen una nueva amenaza. Se trata del “didymo”, un alga unicelular, oriunda del hemisferio norte perteneciente al grupo de las diatomeas. Actúa adhiriéndose a las rocas y suelos, cubriéndolos de una capa café y viscosa (por lo que se le conoce como “el moco del agua”).
En el hemisferio norte el didymo no ha sido un mayor problema ya que los ciclos de temperatura en las aguas de esa zona regulan su presencia, pero en el hemisferio sur, la situación es preocupante. Hace algunos años se descubrió didymo en Nueva Zelanda, donde rápidamente se propagó por ríos y lagos.
En Chile, los primeros avistamientos se hicieron el año pasado y al igual que en otras zonas, al poco tiempo se empezaron a notar capas del alga en ríos de la décima y undécima regiones.
Según Rodrigo Merino, del Centro de Investigación de Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), hasta ahora no hay un método de erradicación del alga: “Es tan agresiva y tan plástica que cuando la observamos y hacemos una limpieza, al par de semanas vuelve a aparecer”. Para Merino el problema es que “es muy difícil generar una herramienta de erradicación sin causar impacto a las especies que habitan estos lugares”.
Cabe preguntarse qué efectos produce el didymo en el agua. “Genera impactos a nivel de ecosistemas, a nivel de las cadenas alimenticias y también modifica algunos parámetros ambientales como el oxígeno y el pH del agua”, afirma Rodrigo Merino.
El grupo PatagoniaNation, que busca promover las bondades del sur chileno, hizo un pequeño documental contando sobre la situación del didymo en la Patagonia. “Lo que nosotros queríamos es educar sobre este problema a la mayor cantidad de gente posible, sobretodo ahora que viene el verano y que la gente va a empezar a visitar los ríos”, afirmó Felipe Guler, uno de los productores del trabajo.
En el documental se dan recomendaciones de los cuidados que puede tomar cada visitante de la zona. Según Guler, la recomendación es simple: “hay que lavar los equipos en una solución salina y dejarlos secar por 48 horas, así muere y no se propaga”. Al final, y tal como dice el documental, evitar la expansión del didymo es responsabilidad de cada uno.