WASHINGTON.- Un equipo internacional de científicos ha revelado que el clima en el Ártico experimentó rápidos cambios en los últimos diez años a causa del calentamiento global, que afecta al ecosistema marino y terrestre.
El equipo, compuesto por 121 científicos de 14 países, ha detectado un calentamiento en las aguas, vientos más templados, una reducción en el tiempo de duración de la capa de nieve, menos hielo en verano y cambios en la composición química del océano.
El informe sobre el estado del Ártico, dado a conocer hoy por la Administración Nacional de los Oceános y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) y que se realiza anualmente desde 2006, muestra en su edición de 2011 “que se producen cambios récord en todo el sistema ambiental del Ártico”.
“Teniendo en cuenta la proyección del calentamiento del planeta, es muy probable que continúen los principales cambios en el Ártico en los próximos años, con un incremento de los impactos climáticos, biológicos y sociales”, indica el informe. Los autores indicaron que hay datos suficientes como para afirmar que hay una disminución “persistente” en el espesor de la capa de hielo marino y la duración del período de verano, así como de un océano más cálido.
En 2011 la media de la temperatura anual del aire próximo a la superficie del océano Ártico fue aproximadamente 1,5 grados superior a la registrada en el periodo 1981-2010.En cuanto a las dimensiones de la capa de hielo, en septiembre de este año los satélites registraron el segundo nivel más bajo desde 1979. La temperatura del océano y la salinidad podría estar estabilizándose después de un período de calentamiento y posterior refrescamiento, pero los científicos han documentado unas aguas mas ácidas, como resultado de la absorción de dióxido de carbono, en los mares de Beaufort y Chukchi.
La vegetación continúa aumentando y está asociada a un aumento de las temperaturas del aire sobre toda la extensión de tierra de la región .Estos cambios, advierten, causan cambios en la vida en la zona, tanto en la tierra como en el mar, ya que deja menos hábitat para los osos polares y las morsas, pero facilita un mayor acceso a las zonas de alimentación para las ballenas.
Según indicó en un comunicado Mónica Medina, de NOAA, “con un Ártico más cálido y con más vegetación, esperamos más cambios como éstos”. El informe analiza anualmente la situación de la atmósfera, el hielo del mar, la biología, el océano y la tierra de la zona. Este año introdujo además nuevas secciones que evalúan el impacto de los gases de efecto invernadero, el ozono, la radiación ultravioleta y la acidificación del océano, así como la productividad del océano Ártico y el hielo en los lagos. Medina señaló que informes como este ayudan a los expertos a estar preparados para proteger estos “valiosos” recursos “cada vez más amenazados”.