Imagen del cerebro de un paciente con Alzheimer.
NYTWASHINGTON.- Los individuos que realizan actividades cognitivamente estimulantes, como la lectura, la escritura y juegos, tienen menos niveles de una proteína vinculada con el Mal de Alzheimer.
Según un estudio publicado en la revista Archives of Neurology, los escáneres cerebrales han revelado que aquellas personas que han realizado actividades de ese tipo durante su vida, tienen niveles reducidos de la proteína beta-amiloide.
Esta proteína se concentra formando unos cúmulos u ovillos impenetrables que afectan la transmisión entre las células nerviosas del cerebro.
A pesar de que estudios previos ya habían sugerido que realizar actividades mentales para estimular el cerebro podría contribuir a evitar la aparición de Alzheimer en la edad adulta, este estudio identifica el factor biológico, lo que puede ayudar a diseñar nuevas estrategias en los tratamientos.
"Estos resultados apuntan a una nueva forma de pensar acerca de cómo el compromiso cognitivo a lo largo de la vida afecta al cerebro", aclaró William Jagust profesor del Instituto de Neurociencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de California y uno de los investigadores del estudio.
"Más que simplemente proporcionar resistencia a la enfermedad de Alzheimer, las actividades de estimulación del cerebro pueden afectar a un proceso patológico primario de la enfermedad", indicó Jagust.
Según el científico, esto indicaría que la terapia cognitiva podría modificar la enfermedad si el tratamiento se aplica antes de que aparezcan los síntomas.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente a los adultos de edad avanzada. Su principal síntoma es la pérdida de memoria que finalmente llega a la demencia.
Los investigadores pidieron a 65 adultos sanos, cognitivamente normales y mayores de 60 años, que indicaran la frecuencia con la que realizaron actividades como la lectura de libros o periódicos, escritura de cartas o correos electrónicos.
Los participantes fueron sometidos a una serie de pruebas neuropsicológicas para la evaluación de la memoria y otras funciones cognitivas. Además se sometieron a escáneres cerebrales y a una prueba diseñada en el Laboratorio de Berkeley que tiene como objetivo visualizar los amiloides.
Los investigadores compararon los resultados de los individuos sanos con los de 10 pacientes diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer y 11 personas sanas de 20 años. Los resultados revelaron una asociación significativa entre niveles altos de actividad cognitiva, durante toda la vida y niveles bajos de beta-amiloide.
"Esta es la primera vez que el nivel de actividad cognitiva se relaciona con la acumulación de amiloide en el cerebro", señaló Susan Landau, investigadora del Instituto de Neurociencia Helen Wills y del Laboratorio de Berkeley en California.
La investigadora también señaló que es probable que la acumulación de amiloides empiece años antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad, a lo que agregó que "el tiempo de la intervención puede ser mucho antes, por eso es que estamos tratando de identificar si los factores de estilo de vida podrían estar relacionados con los primeros cambios".