COPENHAGUE.- El cambio climático podría provocar daños anuales a los océanos por 2 billones de dólares hacia 2100, según un informe difundido esta semana por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo.
Ese costo anual, que equivaldría al 0,37% del PIB mundial calculado para 2100, toma como base un aumento medio de 4 grados en la temperatura global hasta ese año.
El estudio, bautizado "Valorando el océano", calcula la pérdida de valor de los océanos teniendo en cuenta cinco categorías: turismo, aumento del nivel de los mares, tormentas, pesca y los sumideros de carbono oceánico. Una reducción rápida de las emisiones, que limitara el aumento de la temperatura global a 2,2 grados, supondría un ahorro de 1,4 billones de dólares de los daños anuales proyectados.
"Estas cifras son sólo una parte de la historia, pero proporcionan una indicación del precio de la porción evitable del futuro daño ambiental en el océano, la distancia entre nuestras esperanzas y nuestros miedos", señaló en un comunicado Frank Ackerman, uno de los coordinadores del informe.
El estudio señala también que el cambio climático no es la única amenaza para los océanos y apunta a que el daño podría ser mayor si convergen varios factores, como la acidificación, el calentamiento del agua, la hipoxia, la subida del nivel del mar, la polución y la sobreexplotación de los recursos marinos.
"Debemos desarrollar una visión integrada de cómo nuestras acciones impactan en los océanos y amenazan los servicios vitales que proporcionan, desde alimentos al turismo y la protección contra las tormentas", afirmó Kevin Noone, de la Real Academia de las Ciencias Sueca y coeditor del informe.
"Valorando el océano" insta a los políticos a considerar la amenaza a los océanos en sus planes económicos y de desarrollo, y urge a los líderes mundiales a convertir a los océanos en una "prioridad" en los objetivos de desarrollo sostenible globales, además de reducir "de forma dramática" las emisiones de CO2.
El estudio es el trabajo de un equipo de expertos internacionales, coordinado por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, que será publicado en su totalidad a finales de este año. Las conclusiones preliminares formarán parte de la documentación que se usará en la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible Río+20, que se celebrará en junio.