BARCELONA.- Una pareja de dragones de Komodo, un lagarto originario de Indonesia y que es el más grande y feroz del mundo, ha comenzado a aparearse en el Zoológico de Barcelona, a pesar de que la agresividad de esta especie hace muy difícil su reproducción.
Según informó el Ayuntamiento de Barcelona, la hembra Asmara aceptó al macho Guntur y se aparearon "sin incidentes ni ninguna manifestación violenta". De producirse la fecundación de la hembra, ésta pondrá un número variable de huevos que serán incubados artificialmente para favorecer al máximo su viabilidad.
El apareamiento de los tres dragones de Komodo que hay en el zoológico forma parte del programa europeo de reproducción en cautividad de esta especie, del que ya son fruto ellos mismos. La hembra nació en el Zoológico de Praga y llegó a Barcelona hace un año y los dos machos, Omback y Guntur, son hermanos, nacieron en el centro Reptilandia de Canarias y llegaron a Barcelona en 2005.
El dragón de Komodo está en peligro de extinción. Esta especie puede medir en la edad adulta entre 2 y 3 metros de largo y pesar entre los 80 y los 140 kilogramos de peso. El ejemplar de dragón de Komodo más grande que se ha conocido medía 4,5 metros y pesaba 232 kilogramos. Durante mucho tiempo este dragón fue considerado tan sólo una leyenda de marineros, hasta que en 1912, el director del Museo Zoológico de Bogor hizo por primera vez la descripción y la clasificación de la especie de manera científica.
El animal se mueve con mucha agilidad por el suelo pese al considerable peso que llega a alcanzar, y es capaz de correr hasta 20 kilómetros por hora y de desplazarse entre islas próximas cuando las corrientes marinas son favorables. El dragón de Komodo caza al acecho mordiendo a las presas con sus poderosas mandíbulas, y si la víctima escapa tras el ataque, muere a las pocas horas por la infección que le producen las más de 50 bacterias que contiene su saliva.
La población actual del dragón de Komodo se estima entre 5.000 y 6.000 ejemplares, y pese a que más de la mitad de ellos viven dentro de los límites del Parque Nacional de Komodo, que comprende la mayoría de las islas habitadas por el animal, todos los estudios realizados en las últimas décadas señalan una progresiva disminución de su población.