Un remolino de polvo serpentea sobre la superficie marciana en la región de Amazonis Planitia, en el hemisferio norte. La imagen fue captada por la nave Mars Reconnaissance Orbiter el 7 de marzo pasado.
AFP
LOS ANGELES.- Acosada por restricciones presupuestarias, la NASA decidió recurrir a la iniciativa privada para buscar fórmulas que den nuevo impulso a la exploración de Marte.
La falta de recursos que experimenta la agencia espacial estadounidense contrasta con el cada vez más vivo interés científico por determinar el alcance de la presencia de agua en el planeta rojo, así como la búsqueda de posibles señales de vida.
La recepción de ideas para encontrar un camino barato a nuestro vecino en el sistema solar fue abierta por la NASA este viernes, con énfasis en la misión prevista para 2018.
El detalle: el costo no debe exceder los 700 millones de dólares y la iniciativa debe constituir un adelanto hacia el envío de seres humanos al planeta rojo en la década de 2030.
La entidad espacial solicitó ideas a científicos e ingenieros de todo el mundo, pero no es necesario poseer un doctorado. Cualquiera puede presentar una propuesta a través de la internet si está dispuesto a someterse a un largo proceso.
"Quien cumpla todos los requisitos será tenido en cuenta”, dijo el vocero de la entidad espacial, Dwayne Brown.
"Este es el puntapié inicial" de un relanzamiento de la exploración marciana, añadió el jefe científico de la NASA, John Grunsfeld.
Desaliento previo
Hace dos meses, el organismo estadounidense debió retirarse de una sociedad con la Agencia Espacial Europea que buscaba impulsar dos viajes a Marte, fijados para 2016 y 2018.
La decisión enfureció a los científicos dedicados a desentrañar los misterios del planeta, sobre todo porque la segunda misión iba a ser el primer paso para traer tierra y rocas marcianas a la Tierra para su estudio detallado.
Muchos investigadores consideran esencial este paso para determinar si hubo vida microbiana en el planeta.
Los directivos de la NASA reconocieron que traer muestras sigue siendo una prioridad, pero la realidad financiera obligó a volver al tablero de dibujo en cuanto a los próximos despegues en dirección a Marte.
En el decenio pasado, la entidad gastó 6.100 millones de dólares con este propósito. El último proyecto de Presupuesto del Presidente de EE.UU., Barack Obama, redujo el gasto destinado a la exploración del sistema solar en 21%, lo que excluye la colaboración con los europeos.
Un nuevo equipo estudiará ideas y presentará alternativas para mediados de año, cuando se prevé el arribo al ecuador marciano de la sonda Curiosity, una misión que costó 2.500 millones de dólares.
La sede de la NASA tiene la última palabra sobre qué proyectos se financiarán.