BARCELONA.- El eterno debate sobre si los dinosaurios eran o no de sangre caliente tiene una nueva arista. Si bien en los últimos años todos los análisis llevaban a pensar que estos animales tenían una termorregulación similar a la de los reptiles, un nuevo estudio de un grupo de científicos españoles podría desestabilizar esta teoría.
La tesis de que los dinosaurios eran seres de sangre fría se basaba en el análisis de unas estructuras de los huesos parecidas a los anillos de crecimiento de los árboles.
Gracias a estos estudios se había establecido que este tipo de líneas sólo se podían encontrar en animales de sangre fría, ya que nunca habían aparecido en mamíferos o en animales del otro tipo de termorregulación. Por lo menos hasta este miércoles.
Un equipo dirigido por Meike Köhler, del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (España) descubrió que sí existen anillos de crecimiento en hasta 41 especies de rumiantes, entre las que figuran antílopes, ciervos y jirafas, según un estudio publicado por la revista británica Nature.
"Los dinosaurios son reptiles. Y todos los reptiles que conocemos hoy tienen sangre fría. Pero en el pasado había una rama de los dinosaurios que probablemente era de sangre caliente. De hecho, todavía hoy, tenemos descendientes de los dinosaurios. Son los pájaros y son de sangre caliente", declaró a la AFP la investigadora.
En total, los científicos han analizado hasta 115 fémures derechos de especies de 36 lugares diferentes de África y Europa, que en su conjunto cubren casi la totalidad de tipos de clima.
Para ello, los investigadores cortaron los fémures, incluyeron una resina y los pulieron hasta dejar una muestra de 0,1 milímetros de espesor. Posteriormente observaron estas láminas a través de un microscopio óptico de luz polarizada.
Si bien la investigación no resuelve en sí el debate sobre la sangre de los dinosaurios, sí tiene una aplicación importante y directa en los estudios de conservación de la biodiversidad actual de nuestro planeta.