La muerte de Junior Seau en mayo volvió a abrir el debate sobre las lesiones encefalocraneanas crónicas que se dan entre los jugadores de la NFL.
ReutersSAN DIEGO.- La familia de la ex figura de la liga profesional de fútbol americano (NFL), Junior Seau, decidió donar parte de su tejido cerebral a un grupo de científicos, que buscan determinar si el jugador sufrió daños cerebrales durante su carrera en este brusco deporte.
La oficina forense de San Diego confirmó esta semana que el tejido preservado es una donación hecha por la familia de Seau para ser estudiado en el Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos.
La familia de Seau ya había informado que planeaba donar el cerebro, pero no se había especificado a qué estudio sería sometido y en qué lugar.
La "entrega de materiales de estudio fue hecha a petición de los familiares más cercanos", afirmó Sarah Gordon, vocera del equipo médico.
El instituto dijo que conducirán investigaciones y análisis de traumas y otras lesiones cerebrales, pero en un comunicado agregó que "no discutirán el estado del tejido o ninguno de los descubrimientos subsecuentes".
Seau, que tenía 43 años, fue hallado muerto en su residencia de California el pasado 2 de mayo, tras haberse disparado en el pecho. No dejó ninguna nota suicida.
El deportista defendió profesionalmente los colores de San Diego Chargers (1990–2002), Miami Dolphins (2003–2005) y New England Patriots (2006–2009), totalizando 1.849 tackles en su carrera, según estadísticas de la NFL. Fue ocho veces integrante del equipo ideal de la liga.
La muerte de Seau volvió a remecer el debate sobre las delicadas lesiones cerebrales que sufren algunos ex jugadores de la NFL. Ray Easterling, parte del equipo de los Atlanta Falcons en la década de 1970, inició una comentada demanda contra la NFL por su manejo de lesiones relacionadas con contusiones, pero el pasado 19 de abril también se suicidó con un arma de fuego.
En febrero del 2011, un ex integrante de los Chicago Bears, Dave Duerson, cometió suicidio de la misma forma que Seau, aunque dejó una nota explicitando que deseaba que su cerebro fuese donado para el estudio de las lesiones cerebrales en el fútbol americano.
Son más de 2.000 los ex jugadores y esposas que se han unido en la demanda contra la NFL y también contra la marca Riddell, encargada de manufacturar los cascos de protección que utilizan los deportistas.
Hasta ahora, 18 de los 19 ex jugadores de la NFL cuyos cerebros han sido estudiados en el Centro de Estudio de Encefalopatías de la Universidad de Boston, han mostrado tener traumatismos encefalocraneanos crónicos, un diagnóstico que sólo se puede hacer post-mortem y que afecta precisamente a individuos que han sufrido un gran número de contusiones en su cabeza durante su vida. Una variante es común entre ex boxeadores, al punto de ser conocida como "demencia pugilística".