SANTIAGO.- Más de 200 investigadores que se han dedicado a estudiar los tumores del cáncer de colon, encontraron vulnerabilidades genéticas que podrían llevar a desarrollar alentadores nuevos tratamientos.
La esperanza es que las drogas diseñadas para atacar estos puntos débiles eventualmente puedan detener un cáncer que hoy es fatal una vez que se ha expandido.
Cada vez más científicos ven el cáncer como una enfermedad genética definida no sólo por el punto donde comienza -colon, hígado, cerebro, etc.-, sino que por las alteraciones genéticas que son su "talón de aquiles".
Con un entendimiento detallado de qué cambios genéticos hacen que un cáncer crezca con fuerza, dicen que pueden deducir la mejor forma de atacarlo. Los especialistas aseguran con cautela que la mayoría de las drogas necesarias para enfrentar estas mutaciones aún deben ser desarrolladas, pero dicen estar construyendo una guía que los puede llevar a nuevos tratamientos.
El estudio del cáncer de colon, publicado esta semana en "Nature", es parte de un esfuerzo mayor que se espera produzca una ola de descubrimientos en este campo. Pronto será seguido por estudios del cáncer al pulmón, de mamas y, a fines de año, de leucemia mielóide aguda.
El proyecto Cancer Genome Atlas, que tiene un costo anual de 100 millones de dólares, es financiado por dos agencias gubernamentales de Estados Unidos: el Instituto Nacional del Cáncer y el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano.
Los resultados, basados en el estudio de 224 tumores, sugieren las posibilidades existentes. "Hay muchas formas diferentes en que puedes atacar un tumor de este tipo", afirma Raju Kucherlapati, el principal investigador del proyecto y profesor de genética y medicina en Harvard. "Tenemos una oportunidad de cambiar completamente el escenario", añade.
Los investigadores alertan, en todo caso, que pese a que se sabe mucho sobre los cambios genéticos que ocurren en el cáncer de colon, no ocurre lo mismo con el tratamiento.
"Va a tomar tiempo y va a costar mucho esfuerzo", afirma el Dr. Charles Fuchs, un experto de cáncer gastrointestinal en Harvard, coautor del estudio. Sin embargo, añadió, "no quiero minimizar la importancia singular de este estudio. Es transformador".
Investigadores han estudiado el cáncer de colon antes y han identificado mutaciones que parecían críticas, pero estos trabajos no tuvieron la misma dimensión del nuevo proyecto, entregando información sólo limitada sobre los cambios genéticos, dijo el Dr. Sanford Markowitz, un experto de la Universidad Case Western Reserve.
En Estados Unidos, cerca de 150 mil personas reciben el diagnóstico de cáncer rectal o de colon cada año, y en total son 50 mil los pacientes que fallecen de esta enfermedad en el mismo lapso de tiempo. Los resultados son positivos si el cáncer es hallado y tratado de forma temprana, dejándolo confinado al colon, pero si ya se ha expandido sólo el 5% de los pacientes sobrevive más de cinco años.
Para Kucherlapati, algunos de los descubrimientos más intrigantes apuntan a nuevas posibilidades de tratamiento. Por ejemplo, cerca de un 5% de los tumores estudiados tenían una copia extra del gen ERBB2, algo recurrente también en el cáncer de mama. La herceptina, una droga que ayuda a los pacientes de cáncer de mama con muchos genes ERBB2, también puede ayudar a quienes sufren de cáncer de colon. Científicos esperan poder hacer pruebas clínicas para probar los efectos de la herceptina.
Tal como en estudios previos, la nueva investigación determinó que cerca de un 15% de los cánceres de colon tienen una mutación en el gen BRAF, que usualmente muta para convertirse en melanoma, un cáncer de la piel. Una droga aprobada para el melanoma bloquea la función que ese gen, pero no ha funcionado en pacientes con cáncer de colon.
Sin embargo, estos pacientes de cáncer de colon muchas veces tienen una alteración genética adicional que puede ser atacada con una droga diferente, una que bloquea la función de la célula EGFR.
Los investigadores quieren ver si tratando a pacientes de cáncer de colon que tienen la mutación BRAF y la EGFR con las drogas para melanoma y la EGFR, pueden detener el cáncer.
La posibilidad de ayudar a un grupo de pacientes de cáncer de colon con drogas que ya están en el mercado "es realmente emocionante", afirma Kucherlapati.
El estudio también encontró secuencias genéticas que han sido previamente identificadas en investigaciones con números pequeños de pacientes. Una conocida como WNT tuvo mutaciones en un 95% de los pacientes con cáncer de colon cuyos tumores fueron examinados en el nuevo estudio.
"Para mi conocimiento, hasta este estudio no estaba realmente claro cuán dominantes son las alteraciones en esta secuencia", afirmó el Dr. Dr. Todd R. Golub, otro investigador de Harvard. Para él son buenas noticias, porque descarta un escenario en que cada tumor tenga una secuencia genética diferente que mute, lo que requeriría 1.000 drogas distintas para atacar 1.000 tumores diferentes.
La esperanza es que las alteraciones genéticas que conducen esos 1.000 tumores diferentes operan a través de un número limitado de secuencias genéticas, que pueden ser atacadas con un número más manejable de drogas.