SÍDNEY.- El fundador de Megaupload, Kim Dotcom, regresó hoy a los tribunales neozelandeses por juicio que lleva Estados Unidos en su contra. En esta oportunidad era para presenciar el recurso de este país contra el fallo que le obliga a revelar las pruebas decomisadas durante el registro de la casa del acusado en Auckland, en el norte de Nueva Zelanda, en enero.
La instancia fue presentada ante el Tribunal de Apelaciones, en Wellington, contra el fallo judicial que considera que un proceso de extradición justo contra Dotcom requiere que EE.UU. revele al imputado las pruebas recopiladas en su contra.
El abogado de la Fiscalía John Pike, que representa a EEUU, argumentó que el tribunal que falló en primera instancia en favor de Dotcom no tiene el poder de ordenar que se entregue la evidencia en un proceso de extradición. Pike indicó, no obstante, que existen "millones de correos electrónicos y otros objetos vinculados al caso".
El letrado de Dotcom, Paul Davison, alegó que EE.UU. ha presentado una selección de pruebas ante dos jurados, por lo que opinó que no existe justificación para denegarlo en este caso, y acusó a las autoridades norteamericanas de crear una situación en la que se niega a su cliente el acceso natural a la justicia.
Davison defendió que el acceso a las pruebas es importante porque el informático "afronta una eventual extradición a un país donde no tiene un lugar de residencia, donde tampoco es un fugitivo ni tiene alguna afinidad particular con este", según la agencia local APNZ.
Dotcom, de 38 años y en libertad condicional a la espera de que arranque su juicio de extradición en marzo, compareció acompañado de su esposa, Mona, en la sala, donde había algunos simpatizantes.
La policía detuvo a Dotcom el pasado enero en la mansión que ocupaba a las afueras de Auckland, durante un operativo impulsado por el FBI contra la piratería informática que incluyó la detención de tres ejecutivos de Megaupload en Nueva Zelanda, el cierre del portal, la congelación de sus bienes y otros dos arrestos en Europa.
Al sitio se le atribuye haber causado más de 500 millones de dólares (383 millones de euros) en pérdidas a la industria del cine y de la música al transgredir los derechos de autor de compañías y obtener con ello unos beneficios de 175 millones de dólares (134 millones de euros).
"Están usando este caso para cambiar la forma en la que internet funciona", insistió Dotcom a la salida del tribunal, y añadió que el Gobierno de EEUU trataba de proteger una forma de hacer negocios obsoleta.