El pueblo San, cuyos integrantes viven en el sur de África, ha logrado mantener muchas de sus costumbres tradicionales.
AFP
WASHINGTON.- La diversificación (separación) genética más antigua de la historia de la humanidad SE remonta a hace 100.000 años, mucho antes de que los ancestros del hombre moderno emigraran de África, según un estudio que arroja nueva luz sobre los posibles orígenes del ser humano moderno.
La investigación, publicada en la revista estadounidense "Science", fue realizada en 220 miembros de grupos autóctonos sudafricanos, los Khoi y los San.
El análisis genético indicaría que la cuna del hombre y la mujer modernos no se concentra únicamente en África del Este, como los antropólogos creían hasta ahora, de acuerdo a indicios arqueológicos.
"Apoyándonos en estos datos genéticos y otras estadísticas, no encontramos imágenes coherentes" que apunten al Este de África, explicó Mattias Jakobsson, de la Universidad de Uppsala en Suecia, uno de los principales autores de la investigación.
"De hecho, son diferentes partes de África las que aparecen para marcar potencialmente el origen anatómico del hombre moderno", agregó.
Para el equipo autor del estudio, las "profundas divergencias genéticas entre los pueblos africanos revelan la complejidad de su historia y hacen pensar que las poblaciones humanas se han estructurado desde hace mucho tiempo, y que el hombre moderno podría haber surgido de un grupo no homogéneo".
El descubrimiento surgió tras analizar 2,3 millones de variaciones genéticas por persona, un número sin precedentes en estudios anteriores.
El análisis genético también reveló que las poblaciones San originarias de Namibia y de Angola se separaron de los pueblos Khoi y San que viven en el sur de África entre hace 25.000 y 40.000 años.
Carina Schlebusch, también de la Universidad de Uppsala y una de las coautoras del hallazgo, recalcó que "existe una diversidad étnica sorprendente entre los pueblos Khoi-San".
"Hemos podido demostrar numerosos aspectos de su historia muy rica que produjo esta gran diversidad genética", agregó.
El descubrimiento mostraría así que en lugar de surgir de un grupo pequeño y genéticamente homogéneo, los seres humanos mostraron desde su origen una gran diversidad de características que se combinaron -y siguen combinándose- para impulsar su evolución como especie.
Genes clave en la adaptación
El estudio muestra también señales de adaptación local en diferentes grupos Khoi y San. Los investigadores descubrieron indicaciones del efecto de la selección natural en genes que juegan un rol en la función muscular, la respuesta del sistema inmunitario o la protección de la piel contra los rayos ultravioleta.
"Aunque todos los humanos modernos tengas variaciones genéticas similares, la profunda divergencia que se produjo hace ahora 100.000 años entre los Khoi-San y el resto de los grupos de población nos permitió detectar los genes que evolucionaron rápidamente en los ancestros de todas las personas que viven hoy en el planeta", apuntó Pontus Skoglund, de la Universidad de Uppsala.
Entre estos genes se encuentran aquéllos implicados en el desarrollo del esqueleto que habrían podido jugar un papel determinante en las características anatómicas de los humanos modernos, señaló.