SIDNEY.- Un equipo de científicos, ha hallado un método para combatir a las estrellas de mar que devoran corales en los mares del mundo, anunció hoy la universidad australiana James Cook
El colombiano nacionalizado australiano Jairo Rivera Posada, miembro del equipo de investigadores, descubrió que un combinado de proteínas utilizado en los laboratorios para hacer crecer colonias de bacterias mata en menos de 24 horas a la estrella de mar "Acanthaster planci", conocida como corona de espinas y voraz depredadora de corales.
"Un brote de coronas de espinas puede destruir entre el 40 al 90% de los corales. En los últimos 50 años, han causado más daños que el blanqueo", dijo Rivera a través de un comunicado.
Estas estrellas marinas, cuya hembra produce hasta unos 100 millones de huevos al año y de adultas llegan a medir 40 centímetros, se alimentan de los corales. Un ejemplar puede comer cada día su peso en coral y, si hay una colonia de 50.000 a 60.000, entonces "el efecto es devastador", explicó el colombiano a EFE.
El investigador se encontraba con su profesor, Morgan Pratchett, en la isla Lizard, en el norte de la Gran Barrera de Coral, cuando pensó que la solución para cultivar bacterias Vibrio podía servir para combatir a las coronas de espinas. Con esta idea en mente y la colaboración de Pratchett, recogieron algunas coronas de espinas para analizar las bacterias de sus sistemas digestivos.
A partir de ahí, los científicos elaboraron una sustancia a base de carbonatos y proteínas extraídas de tejidos animales, principalmente de ganado .El componente probó ser mortal para las estrellas de mar en menos de 24 horas y además infectaba a otros ejemplares de la misma especie que estaban próximos al sujeto inoculado, según los ensayos llevados a cabo en el Centro de Excelencia de Estudios de Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook (CoECRS, siglas en inglés).
Rivera admitió que si bien el método es muy barato, consume mucho trabajo porque cada estrella de mar requiere que se le inyecte la sustancia en al menos cuatro lugares distintos.
En las décadas de 1960 y 1980 se registraron plagas de este tipo de invertebrado en la región del Indo-Pacífico y los expertos temen una reaparición con un impacto desolador en la Gran Barrera de Coral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.Rivera dijo que la protección de los corales no debe limitarse al control de la población de "Acanthaster planci" e instó a la humanidad a mejorar la calidad de las aguas marinas.
Pratchett indicó que la nueva sustancia es muy prometedora, pero aún falta realizar muchas pruebas para asegurarse de que no pone en peligro a otras especies ni el ecosistema de la Gran Barrera de Coral.