CHICAGO.- La guía de diagnóstico que utilizan los psiquiatras de Estados Unidos ya no incluirá el término de "síndrome de Asperger", y a los cambios emocionales a menudo acompañados de rabietas se les dará un diagnóstico científico llamado DMDD; pero la dislexia y otros trastornos de aprendizaje permanecerán en el manual.
Esta se trata de la primera modificación de importancia en casi 20 años a la guía de diagnóstico utilizada en el país. Los cambios fueron aprobados el sábado.
En mayo aparecerán todos los detalles sobre los cambios, cuando se publique el nuevo manual diagnóstico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, pero el impacto será enorme, afectando a millones de niños y adultos en todo el mundo.
El manual también es importante para que la industria de seguros decida qué tratamientos paga, y ayuda a las escuelas a decidir cómo proveer educación especial.
La guía de diagnosis "define qué constelación de síntomas" reconocen los médicos como enfermedades mentales, dijo el doctor Mark Olfson, un profesor de Psiquiatría de la Universidad de Columbia. Y algo más importante, señaló, "perfila quién recibirá qué tratamiento. Incluso cambios aparentemente sutiles al criterio pueden tener efectos sustanciales sobre los patrones de atención", agregó.
El doctor Olfson no estuvo involucrado en el proceso de revisión. Los cambios fueron aprobados el sábado en el suburbio de Washington, D.C. por la mesa directiva de la asociación psiquiátrica.
La intención no es ampliar el número de personas diagnosticadas con enfermedades mentales, sino asegurar que niños y adultos afectados sean diagnosticados más acertadamente para que puedan recibir el tratamiento más adecuado, dijo el doctor David Kupfer. El presidió al grupo encargado de revisar el manual y es un profesor de Psiquiatría de la Universidad de Pittsburgh.
Uno de los cambios discutidos más acaloradamente fue cómo definir los varios rangos de autismo. Algunos especialistas se opusieron a la idea de retirar el diagnóstico específico para el síndrome de Asperger. La gente con esa afección a menudo tiene un alto nivel de inteligencia y conocimiento vasto sobre temas específicos, pero carecen de habilidad para relacionarse en sociedad. Algunas de las personas afectadas aceptan la clasificación y aseguran que seguirán usando esa designación.
Algunos familiares de personas con Asperger se opusieron al cambio, temiendo que sus niños no sean diagnosticados y ya no sean considerados para recibir servicios especiales. Pero la revisión no afectará sus servicios educativos, señalan los expertos.
El nuevo manual agrega el término "desorden de espectro autista", el cual ya es utilizado por muchos expertos en el campo. El síndrome de Asperger será incorporado bajo ese diagnóstico más amplio. La nueva categoría incluirá a niños con autismo severo, quienes a menudo no hablan ni interactúan, así como a enfermos con casos más benignos.