ANTÁRTICA.- La búsqueda de vida antigua en el hielo Antártico ha terminado para un grupo de científicos británicos, la causa serían varios problemas técnicos en los taladros presentados durante la Navidad y Noche Buena.
Hasta el momento los científicos desconocen qué impidió crear los dos pozos de 300 metros proyectados por la investigación, y que permitirían a los profesionales poder buscar vida subterránea o alguna evidencia del cambio climático.
"Hace 16 años, lanzamos un hipótesis sobre un profundo lago subterráneo que podía permitir la vida y que a la vez podía contener datos importantes sobre el cambio climático. Hasta el momento, estas teorías se mantienen sin ser probadas. Una vez que lleguemos al Reino Unido pensaremos en nuevas formas para mantener nuestra investigación en camino. Sigo creyendo que podremos obtener resultados en un futuro", señaló Martin Sieger del Centro de estudios británicos en la Antártica al medio BBC.
Este proyecto era uno de los tantos pensados para descubrir vida en ambientes inhospitables bajo la Antártica. Sesiones anteriores de excavaciones habían revelado la presencia de un bosque hace 52 millones de años, como también del sistema más limpio de aguas del mundo. No obstante, el plan de estos científicos era ir más allá y encontrar formas de vida que vivieran al menos 3 kilómetros bajo el agua.
Aunque el motivo por el cual no pudieron taladrar la superficie de la Antártica aún se mantiene desconocido, fue la falta de combustible la que llevó al equipo a tomar esta decisión. Al principio pudieron crear un agujero de 300 metros que debieron dejar por 12 horas para que formara una cavidad de agua. Sin embargo el segundo, usado para recirculación, fallo en ser conectado y tras 20 horas de intentos los generadores se quedaron sin combustible.
El equipo desmantelado será llevado de vuelta a Reino Unidos, donde los científicos intentarán averiguar que salió mal con esta misión que podía llevar hasta 5 o 6 años, asumiendo que los expertos hubieran encontrado algo. En tanto, los equipos de Estados Unidos y Rusia se mantendrán con sus propios calendarios para intentar investigar estos grupos de agua subterránea.