Un cachalote murió en Andalucía por tragar kilos de plástico de invernaderos

MADRID.- Un equipo de científicos reveló que un cachalote de 4,5 toneladas, que se encontró  varado en una playa de Andalucía (sur de España) murió por haber  ingerido grandes cantidades de plástico procedentes de los invernaderos que protegen los cultivos de la región.

"Rápidamente nos dimos cuenta que tenía un verdadero invernadero en el estómago: no lo esperábamos, pero no nos extrañó", explicó el francés Renaud de Stephanis, miembro de la estación biológica de Doñana, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas español.

Los científicos residente en España desde hace años, reconoció sin dificultad el plástico transparente que cubre miles de hectáreas de cultivos en la provincia andaluza de Almería.

"Había una decena de metros de cuerda de plástico, cubiertas exteriores y plástico... incluso dos macetas", afirmó de Stephanis.

En total, más de 17 kilos de desechos procedentes principalmente de los invernaderos, según la investigación realizada por los científicos, entre ellos 30 metros cuadrados de cubierta, bloqueaban el estómago de este cetáceo, cuya especie habita todo el mar Mediterráneo.

De 10 metros de longitud, el espécimen estudiado varó  en marzo de 2012 en una playa del sur Granada, cerca de Almería, en un "estado de desnutrición avanzada".

"Es como si tuviese una piedra en el intestino: nada podía pasar. Había tanto plástico que terminó por explotar", comunicó Renaud de Stephanis.

Tortugas, nutrias, delfines, "más de 250 especies marinas tienen estos problemas" debido al plástico, que puede asfixiarlos. Pero hasta el momento en el mundo se han registrado muy pocos casos de grandes mamíferos muertos porque ingerir plástico, entre ellos sólo cuatro cachalotes.

Este descubrimiento es inquietante, según el científico francés, porque demuestra una vez más que "el mar está lleno de desechos" y que los "sistemas de gestión de residuos de plástico, no sólo en España no son siempre efectivos”.

Además, "estos grandes plásticos se descomponen y los pedazos son ingeridos también por los peces", explica. "Y somos nosotros quienes acabamos comiéndolos" finalizó de Stephanis.