Bomba de Insulina.
El Mercurio (Archivo)WASHINGTON.- Expertos estadounidenses de la Food and Drug Administration (FDA), organismo encargado de la seguridad de alimentos y medicamentos, advirtieron sobre la amenaza que significa la piratería de aparatos médicos, lo cual puede tener consecuencias mortales.
La organización recomendó una mayor vigilancia a los fabricantes de objetos, que van desde el marca pasos a la bomba de insulina, y recalcó que las "vulnerabilidades en materia de ciberseguridad que podrían afectar directamente a los aparatos médicos o a las redes de los hospitales".
Kevin Fu, profesor de informática de la universidad de Michigan, especializado en el ámbito de la salud advirtió que "la buena noticia es que no tenemos conocimiento de ningún accidente en el mundo real –haciendo alusión a las ficciones que existen sobre el tema-. Pero la mala noticia es que no hay nadie científicamente interesado en el tema" agregando que “un virus informático puede contagiarse en un santiamén".
Fu es coautor de un estudio de 2008, que destacaba los riesgos de artefactos implantados en el cuerpo humano, como los desfibriladores cardíacos, ya que los piratas pueden reprogramarlos infiltrándose en las redes inalámbricas que sirven para dirigirlos.
Para él, sin embargo, "el mayor riesgo es un virus que entre por accidente en un aparato médico antes que los ataques imaginados en la ficción".
"Los virus enlentecen a menudo los ordenadores, y cuando usted enlentece un aparato médico, ya no tiene la integridad necesaria para funcionar como debería", explica.
Para Barnaby Jack, experto de la compañía de seguridad IOActive, el escenario descrito en "Homeland" es "totalmente realista". Jack afirma que quiere hacer una presentación de un ataque similar durante un próximo foro de hackers. Desde una distancia de 10 a 15 metros, "puedo recuperar los códigos necesarios para interrogar los implantes individuales a distancia", afirma.
Al margen de los aparatos implantables, muchos equipos hospitalarios (monitores cardíacos, scanners, respiradores artificiales, aparatos de radioterapia o mezcladores de productos que se introducen por vía intravenosa) están conectados a redes, a veces inalámbricas, cuya seguridad puede presentar fallas.
No obstante, Barnaby Jack afirmó que "las posibilidades de un ataque contra el aparato médico de alguien es extremadamente baja".
"Cualquier riesgo, por reducido que sea, debe ser suprimido", opinó, y estimó que la llamada de atención sobre el problema empujará a los fabricantes a mejorar la seguridad de los aparatos.
"La mayoría de los problemas de seguridad pueden ser rastreados desde la concepción" del aparato, asegura Kevin Fu, quien dice tener "dudas acerca de la eficacia de una estrategia basada únicamente en los antivirus".