NUEVA YORK.- Un nuevo estudio, presentado esta semana, ha entregado novedosas pistas sobre uno de los dinosaurios más conocidos. Se trata del temible Tiranosaurio Rex, que de acuerdo a nuevas investigaciones sobre su mordida ha dejado como evidencia de que no era solo un carroñero sino que también cazaba sus alimentos.
Los investigadores hallaron una parte del diente de un T. Rex entre dos huesos de la cola de un dinosaurio ornitorrinco exhumados en el noroeste de Dakota del Sur. El diente estaba parcialmente encerrado en medio de un rebrote óseo, lo que indica que el animal más pequeño escapó a las fauces del Tiranosaurio.
Dado que el dinosaurio ornitorrinco estaba vivo cuando lo mordió el T. Rex, el fósil suministra pruebas definitivas de que este dinosaurio cazaba animales vivos, señalaron los investigadores en la edición del lunes de la publicación PNAS.
El fósil de hace unos 67 millones de años indica que el T. Rex mordió al otro animal en la parte trasera y "se propuso comérselo", dijo David Burnham, de la Universidad de Kansas, un autor del informe.
El nuevo fósil es el primero que incluye un diente de T. Rex insertado en los huesos de su presa, lo que proporciona "una prueba física extremadamente sólida de que el atacante era un Tiranosaurio", dijo Thomas Holtz Jr. de la Universidad de Maryland.
"Es una prueba más consecuente con otros datos ya establecidos en muchas líneas de evidencia", dijo Holtz.
Aunque se podría suponer que un Tiranosaurio estaba en condiciones cazar cualquier otro animal, Jack Horner, de la Universidad Estatal de Montana, afirmó que al parecer solo iba detrás de los débiles, los enfermos y las crías.
Tiene sentido de que el T. Rex también comiera animales muertos, observó Kenneth Carpenter, curador de paleontología en el Museo Prehistórico del Este, de la Universidad Estatal de Utah. La descomposición puede hacer que los restos se tornen tóxicos después de un tiempo, y "en una situación así, este dinosaurio no tendría más alternativa que cazar".