LONDRES.- El pariente más temprano de los pájaros, el Archaeopteryx, no fue el único dinosaurio con plumas capaz de volar, según el estudio de un equipo de científicos estadounidenses publicado en la revista Nature.
La investigación, encabezada por la paleontóloga Amy Balanoff, del Museo de Ciencias Naturales de EEUU, se basó en el tamaño craneal de diferentes especies y concluyó que ciertos dinosaurios anteriores al Archaeopteryx, considerado como la transición entre reptiles y aves, presentaban la capacidad neurológica necesaria para emprender el vuelo.
Para ello, el equipo de paleontólogos hizo una comparación entre varias especies: los fósiles del género Archaeopteryx, los de las especies de pájaros actuales y los de algunos dinosaurios con plumas de la rama de los maniraptores. Estos últimos, aunque no son aviares, son cercanos al árbol filogenético de las aves.
Del análisis, los científicos dedujeron que además de las plumas y la fúrcula -hueso de la clavícula que poseen solo aves y dinosaurios-, esta última rama de dinosaurios comparte con las aves actuales similitudes craneales.
"Encontramos que los pájaros actuales comparten más similitudes volumétricas con algunos dinosaurios maniraptores que con las aves Archaeopteryx", explicó Amy Balanoff a Efe.
Según la investigadora, si el Archaeopteryx tenía habilidades neurológicas para volar incluso teniendo un cerebro menos desarrollado, "también sus parientes maniraptores eran capaces de hacerlo, ya fuera realizando vuelos completos o sólo planeando".
Los resultados de la investigación apoyan así la idea de que la expansión del cerebro de las aves, que provocó su distinción de los reptiles, comenzó más pronto de lo que se creía.
Los principios básicos de la evolución
Para el equipo de investigadores, este descubrimiento también tiene un impacto en la ciencia global, pues ilustra "algunos principios básicos de la evolución".
"Este estudio muestra que la evolución no funciona de manera progresiva y ordenada. Hay muchos aspectos relacionados con el origen de las aves antes de que comenzaran a volar como lo hacen actualmente", explicó a Efe Amy Balanoff.
Otro de los avances de esta investigación ha sido el uso de la tomografía computerizada (TC) de alta resolución, lo que según la investigadora puede ayudar a "encontrar resultados más precisos así como ampliar el número de especies a analizar".
Aunque esta metodología, muy similar al escáner de rayos X con propósitos médicos, lleva aplicándose a la paleontología desde hace pocos años, su desarrollo permite cada vez mayores posibilidades en el estudio de los fósiles.
Tras estos resultados, el equipo de paleontólogos tiene la intención de llevar a cabo nuevas investigaciones en el futuro que no solo se centren en el volumen del cerebro, sino que también tengan en cuenta "su estructura y características", señaló Balanoff.