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El Museo de Ciencias de Londres celebra a Alan Turing con la muestra "Codebreaker"

Visitamos la exhibición que repasa el trabajo de uno de los padres de la computación moderna, incluyendo su labor durante la Segunda Guerra Mundial.

23 de Septiembre de 2013 | 09:54 | Por Javier Neira R., enviado especial a Londres

LONDRES.- El año pasado se conmemoraron 100 años del nacimiento de Alan Turing, reconocido matemático y científico inglés, ampliamente considerado como uno de los padres de la computación moderna. Para la ocasión, el Museo de Ciencias de Londres creó una exhibición recordando su trabajo y vida. A un año del evento, la muestra fue instalada nuevamente, hasta el próximo 21 de octubre.


La exhibición, bautizada "Codebreaker" como una alusión al trabajo de Turing durante la Segunda Guerra Mundial, está ubicada en el sector derecho del segundo piso del museo. No es un espacio demasiado grande (en especial si se le compara con otras de las muestras en el lugar) pero es suficiente como para retratar la vida de Turing en tres aspectos principales: su trabajo en computación, sus ideas sobre el desarrollo de las máquinas y su vida personal.


El primero de estos ámbitos está representado por el primer computador "ACE" (siglas de "Automatic Computing Engine"). Turing trabajó en el proyecto entre 1945 y 1948, en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido. Ahí creó la base del computador pero distintos retrasos y problemas en la concreción de la idea hicieron que el matemático dejara la institución para tomar un nuevo puesto en la Universidad de Manchester. El "ACE" fue completado en 1950 y durante un tiempo fue el computador más poderoso del mundo.


Antes de trabajar en el computador, Turing se dedicó durante años a la desencriptación de mensajes de guerra. Su periodo clave para esto ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, donde trabajó en la oficina de Bletchley Park, superando la codificación de los mensajes alemanes creados usando la máquina "Enigma". Alan Turing es el creador de "bombe", una evolución del protocolo polaco usado para la traducción de los mensajes, superando la variabilidad de uno de los elementos alemanes.


El trabajo de Turing fue tan reconocido que recibió la Orden del Imperio Británico tras el fin del conflicto, aunque fue en secreto.


Los inicios de la Inteligencia Artificial


Uno de los puntos más emocionales de la muestra en el Museo de Ciencias es la carta/ensayo publicado por Turing a los 17 años, tras la muerte de Christopher Morcom, un cercano amigo de 18 años que falleció de tuberculosis. En la carta, cedida por la familia de Morcom, el joven matemático empieza a crear los primeros conceptos sobre la posibilidad de que los hombres extiendan su vida en máquinas, residiendo en ellas tras la muerte del cuerpo.


La publicación sirve como introducción a las ideas de Turing sobre la inteligencia artificial, área que concentró parte importante de sus ideas. El inglés fue el creador de la "Prueba de Turing", aplicada a máquinas y superada sólo cuando, en una conversación, el humano no se da cuenta que está interactuando con un ser artificial.


Finalmente, la última sección del repaso por la vida de Alan Turing está relacionado a su muerte, ocurrida el 7 de junio de 1954, cuando tenía 41 años. La historia de su fallecimiento se remonta dos años antes cuando, tras un robo en la casa del científico. Arnold Murray, su pareja, le indicó que el ladrón era un conocido suyo. Turing comunicó esto a la policía, revelando de paso que era homosexual, algo que era ilegal en ese periodo.


Murray y Turing fueron imputados por cargos de indecencia, tras lo cual el matemático tuvo dos opciones: ir a la cárcel o pasar por un tratamiento hormonal para reducir la líbido, una castración química. Turing eligió la segunda opción, la que le fue administrada durante el plazo de un año.


Poco tiempo después de terminar el tratamiento, el científico fue encontrado muerto en su casa. La autopsia realizada al cadáver (cuyo informe está publicado en la exposición del Museo de Ciencias) revela que la causa fue envenenamiento con cianuro. La presencia de una manzana junto al cadáver reforzó la idea de un suicidio, impulsado por una depresión tras el tratamiento hormonal recibido. Según se explica en la muestra, la madre de Turing nunca aceptó que su muerte fuera un suicidio, algo reforzado por cercanos al matemático que hablan de una aspiración accidental de cianuro tras la realización de un experimento.


La historia de Turing no termina ahí. Tras años de reconocimientos en universidades e institutos científicos de todo el mundo, en 2009 el gobierno inglés ofredió disculpas póstumas por la forma en que fue tratado, especialmente tras su rol clave en la Segunda Guerra. Actualmente un proyecto de ley que le entregaría el perdón póstumo al científico está en el Parlamento inglés.

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