WASHINGTON.- Un grupo de científicos ha descubierto que una rara mutación genética asociada con la enfermedad de Alzheimer acelera la pérdida de tejido cerebral y conduce a un declive mental más rápido.
Aquéllos que detentan la variante del gen TREM2 pierden tejido cerebral dos veces más rápido que las personas mayores que se encuentran sanas, según una investigación publicada en la revista New England Journal of Medicine.
Los sujetos sanos pierden menos de 1% de su materia cerebral por año, una pérdida que es compensada en parte por la regeneración de neuronas resultante de la estimulación mental, explica.
Los síntomas de la enfermedad de Alzheimer comienzan a manifestarse cuando alrededor de 10% del tejido cerebral ha sido destruido, explican los investigadores.
"Este es el primer estudio que utiliza escáneres cerebrales para mostrar lo que hace esta variante del gen, y es muy sorprendente", afirma el coautor Paul Thompson, de la Universidad del Sur de California. "Este gen acelera la pérdida cerebral a un ritmo escalofriante", añadió.
Thompson y sus colegas realizaron escáneres de imágenes por resonancia magnética (IRM) a 478 adultos, cuya edad media era de 76 años, en el trascurso de dos años. Encontraron que aquéllos que portaban la mutación perdían entre 1,4% y 3,3% más de su tejido cerebral que quienes no la presentaban, así como que el deterioro ocurría al doble de velocidad.
La pérdida de tejido cerebral se concentró en los centros de memoria del cerebro, como el hipocampo y el lóbulo temporal.
La variante TREM2 fue descrita en enero como una rara mutación, que existe en 1% de la población norteamericana y europea y que puede triplicar el riesgo de una persona en desarrollar Alzheimer. Estudios posteriores han confirmado el vínculo con la enfermedad también en africanos.
La mutación genética ha sido igualmente relacionada con un incremento en las posibilidades de desarrollar el Parkinson y una extraña forma de deterioro cerebral temprano llamada enfermedad Nasu-Hakola.
La enfermedad del Alzheimer afecta a 36 millones de personas en el mundo, entre ellos 5,5 millones de estadounidenses. Este número podría subir a 13,8 millones sólo en Estados Unidos para 2050, debido al envejecimiento creciente de la población.