SANTIAGO.- Un grupo de paleontólogos chilenos dio a conocer durante este viernes un descubrimiento que marca un hito no sólo para la paleontología nacional sino que también mundial. Hablamos del hallazgo de fósiles de los dinosaurios más australes de Sudamérica, por primera vez en la Patagonia de nuestro país.
Hasta el momento se cree que estos australes ejemplares de dinosaurios corresponderían al tipo de hadrosaurios, frecuentemente encontrados en el hemisferio norte, y de iguanodóntia basales. Algo que explicaría también, por la lejanía de su hallazgo, la evolución de la flora y fauna entre el extremo de Sudamérica y la Antártica.
De acuerdo a estudio previos, este espécimen herbívoro se caracterizaba por tener en su rostro una forma similar a un pico de pato, que contaba en su interior con dos mil dientes, y por su capacidad tanto de apoyarse en sus cuatro patas para alimentarse a ras de suelo como de mantenerse solamente en sus dos extremidades (alcanzando los 3 metros de altura) para correr.
El siguiente paso de los científicos será determinar si estos fósiles corresponden a algo nuevo o no. Debido a esto, deberán comparar el material hallado con fósiles de otras colecciones palentológicas del mundo y revisar bibliografía científica.
"Lo bueno del sitio de este hallazgo es que está todavía alejado de la civilización, entonces está en todas las condiciones para hacer una investigación de cero. Todavía no ha sido intervenido, solamente por el lado científico para extraer la mayor cantidad de información posible. Por esto, a futuro este punto será el escenario de un montón de novedades", señala David Rubilar, uno de los investigadores de este estudio.
Los antepasados de los robles
Sin embargo, este descubrimiento no llegó solo. El estudio sobre los dinosaurios más australes del mundo ocurrió gracias al desarrollo otra investigación chilena, basada en el hallazgo de 34 hojas de Nothofagus de la era de los dinosaurios, y que prueban el paso de esta especie desde la Antártica hasta Sudamérica.
Si bien estos fósiles, de 66 millones de años, pueden sonar extraños, comprenden varias especies que conocemos en Chile como robles, coihues, lengas, ñirres, raulíes, ruiles y hualos, pero presentes en un paisaje boscoso menos austral en la actualidad.
Dado que estos fósiles están presentes a varios kilómetros más allá de donde puede llegar su polen, esta información sería clave para comprender la unión que se habría generado para el fin de la era de los dinosaurios entre Sudamérica y la Antártica, cuando el continente blanco todavía tenía una apariencia similar a la de otros sectores del sur de nuestro país.
"Nuestra hipótesis es que Nothofagus llegó desde Antártica a Chile agresivamente dominando el paisaje natural hasta el presente", concluye Marcelo Leppe, líder de esta investigación.
"Son tremendas las implicancias de esta conexión y desconexión entre los continentes, incluso nos permite entender por qué tenemos un Chile como lo tenemos. Creo que es importante analizarlo para entender el contexto desde el que estamos parados", agrega Leppe.
Estos descubrimientos fueron hechos en febrero de este año, por un equipo compuesto por 11 investigadores, muy cerca de la frontera con Argentina, fuera del Parque Nacional Torres del Paine, y a más de 8 horas de caminata desde la carretera.
El estudio sobre la familia de los robles fue liderado por el Dr. Marcelo Leppe, paleobotánico del Instituto Antártico Chileno (INACH), mientras que el estudio de los hadrosaurios está siendo desarrollado por el equipo de los doctores David Rubilar, del Museo Nacional de Historia Natural, y Alexander Vargas, de la Universidad de Chile.
Se espera que al menos, el estudio sobre los Nothofagus sea presentado durante los próximos meses, mientras que la investigación sobre los dinosaurios australes todavía se mantiene en el análisis de muestras.