NUEVA JERSEY.- Como dos piezas de un rompecabezas. Así describen los científicos el encaje de dos partes de un mismo hueso de tortuga, encontradas con más de 160 años de diferencia, según anunció hoy la Academia de Ciencias Naturales de la Universidad Drextel en Estados Unidos.
Todo comenzó en 2012, cuando Gregory Harpel, un recolector amateur de fósiles encontró un objeto que inicialmente identificó como una piedra. Poco después, al revisarlo detenidamente, notó marcas de la mordida de un tiburón, por lo que lo llevó al Museo del Estado de Nueva Jersey, donde los expertos lo llevaron a la Universidad Drexel para análisis.
Ahí, el curador de historia natural del museo, David Parris, bromeó que podría ser la parte faltante de un hueso encontrado hace más de 160 años y que es el elemento clave en la descripción de la especie de tortuga "Atlantochelys mortoni". Al revisar el objeto, el tema dejó de ser una broma.
Sorprendentemente, el fósil encontrado en 2012 calza perfecto con aquel descrito por primera vez en 1849, permitiendo concluir a los expertos que efectivamente son de un mismo ejemplar. Se trata de un húmero que, una vez estudiado, permite obtener más información sobre la especie.
Los análisis al fósil permiten concluir que su origen está en el periodo cretáceo (hace 75 millones de años) y que habría tenido una extensión de 3 metros, desde su cabeza hasta su cola. Habría sido parecida a las actuales "tortugas cabezonas", aunque de mayor tamaño.