"Prey": De un proyecto personal a una empresa con cuatro millones de usuarios

SAN FRANCISCO.- En mayo de 2011, a Sean Power le robaron su computador durante un viaje a Nueva York. Ya de vuelta en su natal Canadá, una pequeña aplicación que tenía instalada le enviaba reportes de su ubicación, fotos sacadas con su webcam e incluso las páginas que visitaba. La policía le decía que para presentar una denuncia, debía volver a EE.UU., por lo que decidió publicar la información en internet.

Poco después uno de sus seguidores en Twitter le indicó que estaba cerca de la última ubicación del computador. Fue, confrontó a quien tenía el equipo, y luego de un rato, lo recuperó. A los pocos días, Power ya lo tenía de vuelta en Canadá.

La historia se ha vuelto uno de los ejemplos más conocidos sobre el uso de Prey, un programa para computadores y teléfonos creado por el chileno Tomás Pollak, y que hoy lo tiene viviendo en San Francisco, en búsqueda de la consolidación internacional de un negocio que surgió hace cinco años.

Según cuenta Pollak en una conversación en un restaurant en California, la historia se remonta un par de años antes. "Estaba en una primera cita con una viñamarina y me estaba haciendo el lindo. Ella se reía que las mesas en las que estábamos tenían un candado para las mochilas y yo le decía que tranquila, que no pasaba nada. Y me robaron el computador".

Durante meses el periodista (hoy de 31 años) trató de rastrear el destino de su equipo aunque sin mucho éxito. En 2009, cuando a su hermano le robaron su computador, volvió a la idea de que tenía que haber una forma de rastrear un dispositivo desaparecido. Así nació Prey.

Inicialmente el software fue pensado como un pequeño script para Linux, pero luego del anuncio en su blog personal vinieron las peticiones. "Salió en Fayerwayer, en Alt1040, en Microsiervos, en El Mercurio. Salió en un cable de prensa y ahí me empezaron a llamar a de Italia. Llegó mucha gente a mi sitio, a leer un texto en español, sin entender nada. Y me pedían una versión para Windows", comenta.

Aunque un usuario colombiano adaptó la primera versión para Windows, el negocio rápidamente creció hasta llegar al punto de convertirse en la principal concentración de Pollak. Un año después constituyó la empresa con su socio y desde febrero de 2014 vive en San Francisco.

"Nos vinimos porque aquí está nuestro mercado (el 40% de la masa de usuarios de Prey viene de EE.UU.). Tuvimos la suerte de poder crecer en Chile y poder llegar al primer millón de usuarios con un equipo de dos personas. Pero si queríamos romperla teníamos que dar el paso, venirnos acá y hacerlo bien", explica.

Autosuficientes

Actualmente Prey tiene cuatro millones de usuarios, de los cuales 100 mil pagan por la versión Premium, que permite monitorear más de tres dispositivos. Pollak reconoce que es un número pequeño, pero es suficiente para mantener la operación sin que hasta ahora haya sido necesario levantar financiamiento.

La empresa cuenta con 18 empleados, incluyendo programadores y periodistas. Sólo Pollak vive en San Francisco, en un departamento que arrienda junto a su esposa. Durante el día trabaja en una oficina que arrienda dentro del espacio usado por el emprendimiento chileno Hop.in. "Hay un escritorio más en la oficina, y lo que hemos hecho es traer a gente de la oficina de Santiago por un tiempo. Estamos definiendo cuál va a ser la siguiente ronda de incorporaciones, viendo cuál de esos roles no podemos encontrar en Chile, para traer a alguien así. Sería algo relacionado a desarrollo de negocios", comenta el periodista.

¿Contratarían a un desarrollador estadounidense? Para el creador de Prey el modelo que tiene la empresa ahora funciona, y reconoce que "si quiero contratar a un ingeniero capo acá, tengo que quitárselo a Google y no le puedo competir en beneficios, ni sueldo, ni desarrollo profesional. En Chile estamos bien catalogados, no nos es difícil contratar gente buena".

Estos días Pollak tiene varios roles. "Soy el CEO, el programador, el janitor, el 'BizDev'. Estoy empezando a desprenderme de cosas. Cuando eres un equipo de cinco personas puedes manejar todo ahí. Pero cuando es más grande, necesitas una estructura, ya no es tan hippie. Venirme para acá me ayudó a darme cuenta que no es tan fácil".

La preocupación de la empresa es concretar la reinvención del producto, pasando de actuar una vez que el equipo es robado a ser útil en el momento previo al hurto. "El producto que tenemos es súper útil cuando te roban el teléfono. Lo instalas y ojalá te acuerdes que lo tienes. Ahora estamos sumando funcionalidades que hacen la herramienta más útil antes que el equipo desaparezca. Hay muchos casos en que el teléfono se te queda en algún lado y aún no te lo roban. En ese momento queremos ayudar", concluye.