WASHINGTON.- Los astrónomos han descubierto el "Godzilla" de todas las Tierras, un enorme planeta rocoso que orbita alrededor de una estrella a 560 años luz de la Tierra y que está cambiando la comprensión de los científicos sobre los orígenes del universo.
Esta nueva mega-Tierra, llamada Kepler 10c, pesa 17 veces más que nuestro planeta, y fue observada por la misión Kepler de la NASA, dijeron expertos en una reunión en Boston de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS, siglas en inglés).
Kepler 10c mide 29.000 kilómetros de ancho, el equivalente a 2,3 veces el tamaño de la Tierra.
"Nos sorprendimos cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos encontrado", dijo el astrónomo Xavier Dumusque, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica. Hasta ahora, los astrónomos no pensaban que un planeta rocoso podría ser tan grande.
"¡Este es el Godzilla de las Tierras!", dijo el investigador Dimitar Sasselov, director del Programa 'Orígenes de la Vida', de la Universidad de Harvard. "Pero al contrario que el monstruo de la película, Kepler-10c tiene implicaciones positivas para la vida".
La misión para 'capturar' al planeta Kepler de la agencia espacial de los Estados Unidos puede solo rastrear planetas y clasificarlos basándose en el número de veces que pasas en frente de su estrella. Esto no puede revelar mucho sobre si son rocosos o gaseosos.
Así, fue un telescopio especial situado en las islas Canarias, en el Océano Atlántico, el que midió la masa del Kepler-10c. Ya que es más denso de lo esperado, está colocado en una nueva clase, con más planetas que probablemente se unan una vez se descubran, según han dicho los expertos.
El Kepler-10c da una vuelta completa a su Sol cada 45 días, lo que sugiere que quizá es demasiado caliente como para que haya vida.
Está localizado en un sistema planetario donde también se aloja Kepler 10b, un planeta de lava que da una vuelta completa a su órbita en 20 horas.
El sistema planetario Kepler-10, que se formó 3.000 millones de años después del Big Bang, tiene 11.000 millones de años. Esto significa que, de alguna manera, el universo fue capaz de formar rocas sólidas incluso cuando elementos pesados como el silicio y el hierro eran escasos.
"Encontrar el Kepler-10c nos dice que los planetas rocosos podían formarse mucho antes de lo que pensábamos. Y si puedes fabricar rocas, puedes fabricar vida", dijo Sasselov.