BERLÍN.- La Unión Soviética de los planes quinquenales no era precisamente el lugar en el que podría esperarse que naciera el videojuego más exitoso de la historia. Pero fue el programador moscovita Alexei Pazhitnov quien hace tres décadas llevó el clásico pentominó a la pantalla con su Tetris.
Tuvieron que pasar años hasta que pudo sacar rendimiento a su idea, mientras otros ganaban miles de millones de dólares, pero pese a la competencia de los cada vez más sofisticados juegos para smartphones, el Tetris sigue vigente.
A comienzos de los años 80, Pazhitnov tuvo una visión, pero la computadora soviética Electronika 60 no disponía de gráficos modernos. En su primera versión, que data de 1984, Pashitnov redujo las figuras de cinco a cuatro cuadrados, combinados en siete formas diferentes. El juego comenzó a popularizarse rápidamente en los círculos informáticos de Moscú. Pazhitnov tenía entonces 28 años y era incapaz de imaginar el thriller que iba a gestarse en torno a su invento.
A través de Hungría, el Tetris llegó a Occidente y Mirrorsoft, una empresa del magnate mediático británico Robert Maxwell, se aseguró los derechos a través de un intermediario.
En Occidente, Pazhitnov se habría convertido en millonario como creador de semejante hit, pero en la Unión Soviética todo ese dinero fue a parar a las arcas del Estado. El joven informático ni siquiera llevó la negociación de los derechos, sino que lo hizo una compañía llamada Elektronorgtechnika (Elorg).
En un principio, la burocracia de Moscú tuvo poco control y dejó que se le escapara bastante dinero, pues en Europa y Asia se vendieron sublicencias en parte sin su conocimiento. Y después, entró en escena el gigante Nintendo.
Cuando el presidente de Nintendo Minoru Arakawa vio el Tetris, supo que aquel era exactamente el juego que necesitaba para el inminente lanzamiento de su videoconsola Game Boy, que iba a producirse en 1989. E hizo una atractiva oferta al empresario Henk Rogers: si éste conseguía que los soviéticos le cedieran los derechos del Tetris para su videoconsola, Nintendo le compraría una licencia.
El trato convirtió a Rogers en millonario: el empresario obtuvo un dólar por cada videojuego vendido, según escribe el estadounidense David Sheff en su libro "Game Over". Y Nintendo vendió 35 millones sólo de la versión para Game Boy.
Además, Rogers proporcionó a Nintendo los derechos para las videoconsolas. Los rusos hicieron firmar al negociador de Maxwell un contrato complementario en el que definían expresamente PC como un aparato con pantalla y teclado, lo que les permitía vender por separado a Nintendo los derechos para las consolas, que no tenían teclado.
Maxwell, que tenía buenos vínculos con el Kremlin, estaba furioso y puso el asunto sobre la mesa en una reunión con Mijail Gorbachov. Este le dio esperanzas de que podría lograr una buena salida, afirmó más tarde el magnate mediático. Pero al final, no sirvió de nada: los derechos se los quedó Nintendo. Y como consecuencia, su rival, Atari, tuvo que destruir montones de Tetris.
Mientras los burócratas de Moscú y los empresarios occidentales regateaban sumas millonarias, Pazhitnov sólo fue recompensado con un moderno PC. En aquel entonces, el informático se sintió bastante satisfecho, pues con su sueldo de entonces tendría que haber trabajado durante 16 años para conseguirlo, contó. Sus socios occidentales se sorprendían de que no estuviera furioso, pero con todo, sus hijos disfrutaban de las consolas de Nintendo, que no podían comprarse en la Unión Soviética.
En 1996 cambiaron las cosas para el informático, que nunca volvería a lograr un éxito semejante. Pazhitnov y Rogers compraron los derechos del juego y fundaron la Tetris Company. Y aquel sencillo juego resultó ser sorprendentemente longevo: según dijo recientemente Rogers al blog de tecnología "Recode", han vendido más de 425 millones de descargas para teléfonos celulares.