En la foto, la estructura desarrollada por la doctora Helen Maddock.
Coventry UniversityCOVENTRY.- Durante décadas, la ciencia ha usado el concepto de las pruebas en animales como uno de los pasos clave en el desarrollo de nuevos tratamientos y fármacos. Pero por más ventajas que tenga la técnica, los puntos negativos son varios e importantes, como el tiempo que toma, la falta de certeza total sobre su viabilidad en el cuerpo humano y el daño que generan en los especímenes usados.
Ahora, un desarrollo inglés abre las puertas a un nuevo tipo de pruebas, usando tejido humano y recurriendo a los avances en la construcción de maquinaria relacionada.
Esta semana la Universidad de Coventry anunció la finalización del proceso de creación de la prueba, que usa un pedazo de tejido de corazón humano, instalado dentro de un sistema mecánico que imita las contracciones del órgano, siendo estimulado con impulsos eléctricos.
Las drogas pueden ser inyectadas en el tejido, para así ver si tienen un efecto negativo en la contracción del músculo, algo que hasta ahora sólo se podía hacer en organismos vivos y, según la universidad, muchas veces sin resultados concluyentes.
El trabajo fue desarrollado por la doctora Helen Maddock, especialista de fisiología cardiovascular y farmacología del Center for Applied Biological and Exercise Sciences de la casa de estudios.
"Tanto la industria farmecéutica como los reguladores reconocen que los métodos existentes para evaluar la capacidad de contracción del corazón están plagados de problemas. Por ello, estamos muy emocionados de poder presentar una nueva manera de determinar la seguridad de los remedios, sin la necesidad de hacer pruebas en humanos o animales", afirmó Maddock en un comunicado.
Luego de terminar el proceso de desarrollo, que tomó casi una década, Maddock formó una compañía a partir de la universidad, llamada InoCardia y que, con 250 mil libras de financiamiento provenientes del Mercia Fund Management, intentará llevar el sistema al mercado.