SANTIAGO.- El uso de nuevas tecnologías como los teléfonos inteligentes o tablets se ha vuelto cada vez más común no sólo durante el día, sino también en la noche: más de alguno no puede irse a dormir sin antes revisar el celular, lo que a la larga genera un impacto negativo en la salud y el rendimiento.
Un encuesta realizada por la Fundación Nacional del Sueño en Estados Unidos asegura que cuatro de cada diez estadounidenses lleva su celular con ellos cuando van a dormir. Los menores de 30 años tienen mayor costumbre de hacerlo que otros grupos. Un 72% de entre 13 y 18 años lo hace y un 67% de entre 19 y 29 años.
Los especialistas aseguran que esta práctica genera un estímulo anormal en el cerebro que va influyendo y desorganizando el sueño reparador de la noche, produciendo una falta de descanso, que se traduce en que al día siguiente se tienda a tener más somnolencia y menos capacidad de concentración.
Esto se debe a que parte importante del funcionamiento del organismo está definido por los ritmos circadianos, es decir, de sueño y vigilia, los que están dominados por la influencia de la luz.
"Cuando en el día existe luminosidad uno tiende a liberar sustancias y hormonas que estimulan al organismo, en cambio cuando en la noche no hay luz predominan las hormonas que inducen el sueño y la reparación del organismo", explicó el Dr. Esteban Basaez, neurólogo de la Clínica Las Condes.
Entonces al estar en contacto directo con luz artificial, sobre todo la de las pantallas, se dificulta la capacidad de conciliar el sueño, debido a que esta estimula las hormonas del cerebro que mandan la señal de estar despierto.
No sólo la luz es un factor importante, sino también "la información que uno está obteniendo desde el celular o las tablets, como imágenes, ideas y textos, ya que son estímulos cognitivos que hacen que la capacidad quedarse dormido se vaya perdiendo", agregó el neurólogo.
Por su parte la Dra. Evelyn Benavides, especialista en el trastorno del sueño de la Clínica Vespucio, aseguró que si esta práctica se hace de forma esporádica no tendría mayores repercusiones ni alteraciones en las personas.
Sin embargo, "en la medida esto se hace un hábito se produce un cambio en la sección de hormonas cerebrales, las que llevan el ritmo del día y la noche, y que a su vez van relacionadas con el hambre, la sensación de saciedad y con otras hormonas que tienen que ver con el peso corporal", dijo Benavides.
"La parte metabólica del cuerpo se empieza a alterar por lo que de ninguna manera esto es un hábito saludable", agregó.
Frente a esto los especialistas recomiendan evitar todo uso de luz artificial, sobre todo las luces que sean directas como las de pantallas, después de las 10 u 11 de la noche. "Idealmente dejar de usarlas entre 30 y 60 minutos antes de irse a dormir o intentar descansar", enfatizó Basaez.
Finalmente, la Dra. Benavides recalcó que el revisar de forma constante el correo o servicios de mensajería como Whatsapp, hace que el tiempo que se puede estar dedicado a una sola actividad vaya disminuyendo y "empiezan a aparecer los problemas de atención, ya que hay constantemente una interferencia en la actividad que se está haciendo", dijo.