WASHINGTON.- Más de la mitad de la dieta de dos especies de tortugas gigantes de las Galápagos consta de plantas que han sido introducidas en las islas de manera no natural, según un estudio de la Universidad de Washington, en San Luis (EEUU).
Las conclusiones de la investigación, publicadas hoy por la revista Biotropica, llaman la atención porque hasta ahora se consideraba que las especies invasoras suponían un problema para los ecosistemas y fauna amenazada, como es el caso de las tortugas gigantes de las islas Galápagos (Ecuador).
"La conservación de la biodiversidad es un enorme problema que enfrentan los gestores de las Galápagos. Erradicar las más de 750 especies de plantas invasoras es imposible, e incluso su control es complicado. Afortunadamente, la conservación de las tortugas parece ser compatible con la presencia de estas especies invasoras", aseguró Stephen Blake, director del estudio.
Las nuevas especies fueron introducidas en las islas a comienzos de la década de 1930 para aumentar la producción local y tras eliminar gran parte de las especies nativas de las tierras altas con el objetivo de dedicarlas a cultivos agrícolas.
Precisamente, el estudio se llevó a cabo en la isla de Santa Cruz, que incluye la mayor población humana de las Galápagos.
De acuerdo al equipo de Blake, en el que también participó Fredy Cabrera de la Fundación Charles Darwin, las tortugas gigantes siguen un ciclo de migración estacional que les lleva desde las tierras bajas áridas, que solo tienen vegetación en la temporada húmeda, a las tierras altas, que se mantienen frondosas durante todo el año.
Los investigadores estudiaron el comportamiento de las tortugas durante cuatro años, y comprobaron que pasaban más tiempo consumiendo especies no nativas de las islas que las originales.
"No nos sorprendió tanto. Míralo desde la perspectiva de las tortugas. La guayaba local, por ejemplo, produce frutas pequeñas que contienen semillas grandes y una pequeña cantidad de pulpa amarga envuelta en una piel gruesa. La guayaba introducida es más grande y tiene una pulpa dulce y abundante cubierta por una piel fina", precisó Blake.
Como consecuencia, el uso de estas plantas no autóctonas por parte de las tortugas puede ser positivo para el sustento de los animales especialmente en los meses de la temporada seca, según el estudio.