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Sudáfrica prueba un antibiótico contra la tuberculosis multirresistente

217 sudafricanos forman parte del primer grupo en probar el tratamiento de bedaquilina, una alternativa prometedora para combatir la enfermedad.

08 de Abril de 2015 | 11:49 | AFP

JOHANNESBURGO.- Tras ser muy criticada en los años 2000 por su tardanza en reaccionar a la epidemia de Sida, ahora Sudáfrica es pionera en la distribución de un nuevo antibiótico contra la turberculosis multirresistente.


Desde 2013, unos 217 sudafricanos forman parte de los 500 pacientes diseminados en el mundo que reciben un tratamiento de bedaquilina, un medicamento del laboratorio estadounidense Janssen, y cerca de 3.000 se sumarán este año.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de autorizar este medicamento, el primero que se inventa en 40 años para curar la tuberculosis, pese a que todavía no han concluido todos los tests clínicos. Además el tratamiento es muy caro, lo que explica su administración muy limitada.


Sudáfrica, al igual que Rusia, tiene la intención de pasar rápidamente a una velocidad superior. En la clínica de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el corazón del gran township de Khayelitsha, en Ciudad del Cabo, el boca a oreja ya funciona.


"Todo el mundo ha oído que es aquí donde se puede obtener el mejor tratamiento", dice la doctora británica Jennifer Hughes.


La tuberculosis multirresistente es un "gran problema de salud pública" en Sudáfrica, dice Norbert Ndjeka, responsable de la lucha en el ministerio sudafricano de Salud. Cada año hay unos 12.000 casos. Muchos contraen la enfermedad después de haber dejado prematuramente el tratamiento convencional por falta de dinero, o por no haber respetado las dosis prescritas. Otros se enferman por contagio con personas ya contaminadas por el germen en su forma multirresistente.


Para estos pacientes, ninguno de los dos tratamientos convencionales más poderosos, la isoniazida y el rifampin, hace nada y la bedaquilina ofrece una alternativa prometedora.


Existe también otro nuevo tratamiento similar, el delamanid, desarrollado por el grupo farmacéutico japonés Otsuka. "Lo introduciremos en torno a junio o julio. No se puede hacer todo al mismo tiempo", dice Ndjeka.


Enfermedad de las minas


La tuberculosis –curable, pero mortal si no se trata– es endémica en Sudáfrica, el país del mundo donde existe mayor probabilidad de enfermarse (400.000 infecciones por año). En las minas sudafricanas, mata el doble que los accidentes de trabajo.


Esta enfermedad de los mineros con los pulmones dañados por la insalubridad del trabajo bajo tierra, se ha visto favorecida por la epidemia del Sida que debilita las defensas inmunitarias. Sudáfrica cuenta con 6,4 millones de seropositivos, un récord mundial en proporción a la población total.


Como los otros antituberculosos, la bedaquilina tiene efectos secundarios, que pueden degenerar en complicaciones cardíacas o problemas del hígado.


"Por el momento, no se sabe casi nada del nuevo medicamento", dice Andrew Black, pneumólogo de la universidad de Witwatersrand en Johanesburgo. "Pasará mucho tiempo antes de que sepamos si hemos ganado la batalla. Pero al menos, no es como con el Sida, no estamos en la negación", dice, en referencia al actitud del gobierno sudafricano ante el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).


Hubo que esperar a 2004, después de muchas tergiversaciones, para empezar un programa de distribución gratuita de medicamentos antirretrovirales pese a que la epidemia había causado estragos.


MSF, que administra varios dispensarios descentralizados, insiste en que se use esta nueva molécula. "La difusión tan lenta de la bedaquilina es un escándalo", criticó en diciembre pasado la ONG, subrayando que su utilización es "crucial" tanto en Sudáfrica como en otros países.


Los 217 primeros pacientes en cuatro centros piloto sudafricanos, han recibido la bedaquilina gratuitamente ofrecida por el laboratorio Janssen. Pero para los cerca de 3.000 pacientes que se sumarán este año, será el gobierno el que pague a razón de 1.000 dólares por seis meses de tratamiento. En los países desarrollados, la bedaquilina es mucho más cara (30.000 dólares por seis meses).

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