En la foto, Solar Impulse II tras su despegue desde Chongqing.
ReutersBEIJING.- El avión Solar Impulse II, que busca ser el primero de la historia en dar la vuelta al mundo movido por energías alternativas, partió hoy de la ciudad central china de Chongqing con destino a Nanjing, en el este del país, según informaron los responsables del proyecto.
Pilotado por el suizo Bertrand Piccard, el aparato despegó de Chongqing a las 6:08 de hoy (19:08 del lunes, en hora chilena) y espera llegar a la ciudad nankinesa, en el delta del río Yangtsé, 16 horas después.
El vuelo, sexta etapa de las 12 con las que el equipo Solar Impulse quiere circunnavegar el globo, tuvo que ser retrasado hasta en dos ocasiones en días pasados debido a problemas meteorológicos, especialmente por los fuertes vientos. El equipo ha asegurado que se trata de la etapa más complicada en este aspecto.
Piccard y el resto de pilotos y ayudantes del equipo pasaron las tres últimas semanas en Chongqing, en el curso medio del citado río Yangtsé, donde aprovecharon para participar en conferencias y actos de concienciación sobre el uso de energías renovables, pero también para hacer turismo.
Durante la estancia uno de los pilotos, Andre Bordchberg (quien en principio iba a ser el encargado de llevar el Solar Impulse II de Chongqing a Nankín) manifestó problemas de salud y se vio obligado a regresar a Suiza.
La aeronave, que se alimenta con más de 17.000 placas solares, partió de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) el pasado 9 de marzo con la misión de completar la vuelta al mundo en 12 etapas, que ya han incluido hasta el momento escalas en Mascate (Omán), Ahmedabad y Benarés (India), Mandalay (Birmania) y Chongqing.
Tras Nankín, el avión de 72 metros de envergadura tiene previsto cruzar el Océano Pacífico con una parada en Hawai y hacer luego varias escalas en Estados Unidos y Europa (tal vez también el norte de África) antes de regresar a la capital de Emiratos Árabes.
Un periplo de 35.000 kilómetros que el equipo Solar Impulse espera completar en cinco meses, en los que los promotores quieren demostrar que es posible volar con energía no contaminante a largas distancias y tanto de día como de noche, ya que las placas del aparato pueden acumular la energía necesaria para ello durante horas.