PALO ALTO.- Una nueva estrategia de seguridad cibernética del Pentágono establece públicamente por primera vez que las fuerzas armadas de Estados Unidos planean recurrir a una guerra cibernética como una opción en conflictos con enemigos.
La estrategia de 33 páginas afirma que el Departamento de Defensa "debería poder utilizar operaciones cibernéticas para trastornar las redes de mando y control de un adversario, infraestructura crucial relacionada con actividades militares y capacidades de armamento".
Por su parte, Ash Carter, secretario de Defensa, reveló el jueves que el Pentágono descubrió una irrupción por parte de piratas cibernéticos rusos en una red de cómputo de defensa no secreta este año, pero dijo que las autoridades lograron identificar a los intrusos en un lapso de 24 horas y los expulsaron.
En declaraciones en la Universidad de Stanford, Carter dijo que la respuesta a la irrupción muestra que el departamento está avanzando en la dirección correcta, pero agregó: "Aún me preocupa lo que no sabemos. Porque este fue sólo un ataque".
Dijo que una forma en la que el departamento está respondiendo es en ser más transparente acerca de la seguridad cibernética y eso incluye una nueva estrategia en este tipo de seguridad que es mucho más abierta en torno a las misiones de cómputo del Pentágono.
La estrategia anterior, difundida públicamente en 2011, hacía poca referencia a las capacidades cibernéticas ofensivas del Departamento de Defensa, aunque autoridades estadounidenses han hablado calladamente sobre el asunto.
Por otro lado, la estrategia también incluye por primera vez una pequeña sección sobre las preocupaciones estadounidenses en torno al continuo espionaje cibernético por parte de China contra compañías y agencias de Estados Unidos. Dice que Washington seguirá tratando de trabajar con Beijing para traer mayor entendimiento y transparencia sobre las misiones cibernéticas de cada nación, con el fin de "reducir los riesgos de percepciones erróneas y errores de cálculo".
Carter se encuentra en Silicon Valley con el fin de ponerse en contacto con compañías de alta tecnología y expertos y solicitar su ayuda para contrarrestar la creciente amenaza a la seguridad cibernética, así como asegurar que Estados Unidos cuente con las tecnologías de vanguardia que requiere.