Tras más de diez años en el espacio, la sonda Messenger se estrelló en Mercurio

WASHINGTON.- Tras más de diez años de trabajo, el reloj que llevaba la cuenta de la misión de Messenger, la sonda de la NASA enviada a estudiar Mercurio, se detuvo. ¿La duración final? 3922 días, 13 horas, nueve minutos y 53 segundos.

Esta tarde Messenger terminó su misión, estrellándose contra Mercurio a una velocidad de 3,91 kilómetros por segundo, creando, según afirmó la NASA previamente, un nuevo cráter de 16 metros de diámetro en la superficie del planeta.

Si bien despegó desde la Tierra en agosto de 2004, el trabajo de Messenger no comenzó hasta 2011, cuando entró en la órbita de Mercurio con el objetivo de dar una vuelta alrededor del planeta más cercano al Sol. El buen rendimiento del equipamiento y el hecho de que todavía tenía combustible motivó al equipo de la misión a mantenerlo en operación, extendiendo su trabajo en dos ocasiones.

Entre sus descubrimientos está el material que respalda la teoría de que Mercurio tiene agua congelada en sus cráteres permanentemente en sombras.

"Por primera vez en la historia tenemos conocimiento real sobre el planeta Mercurio que lo muestra como un mundo fascinante como parte de nuestro diverso Sistema Solar. Si bien las operaciones de la nave terminarán estamos celebrando a Messenger como más que una misión exitosa. Es el inicio de un largo viaje para analizar los datos que revelen todos los misterios científicos de Mercurio", indicó John Grunsfeld, jefe científico de la NASA, al portal de la agencia.

Este martes el equipo de la NASA realizó las últimass maniobras de ajuste de trayectoria, declarándolo sin combustible al finalizar la jornada. Así, nada podía impedir su caída hacia la superficie del planeta.

A las 16.15 horas (hora de Chile), Messenger punblicó su último mensaje en Twitter: "Bueno, creo que es hora de decir adiós a todos mis amigos, familia, equipo de apoyo. Estaré haciendo mi último impacto muy pronto". Según indicó la NASA, el impacto se produjo a las 16:26 horas.

La foto del día de la agencia estadounidense muestra la topografía de la zona de impacto de la sonda, bautizada como "cuenca Shakespeare", una zona de 400 kilómetros de diámetro.