CABO CAÑAVERAL.- Una misteriosa nave espacial va rumbo a la órbita de la Tierra. La Fuerza Aérea lanzó esta mañana desde Cabo Cañaveral, Florida, una pequeña nave no tripulada que será transportada al espacio en un cohete Atlas V.
Se trata de X-37B, una nave construida por la estadounidense Boeing y que previamente ha realizado tres vuelos, desde 2010 a la fecha. La última misión en la que se involucró este avión duró cerca de 675 días y finalizó con un aterrizaje en California en octubre de 2014.
La Fuerza Aérea no dio a conocer la duración de esta misión en particular, ni dónde finalizará.
El X-37B luce como una versión en miniatura de un transbordador espacial de la NASA. Al igual que los antiguos transbordadores, el X-37B es lanza de manera horizontal, se puede volver a utilizar y cuenta con mucho espacio para conducir experimentos. Pero nadie lo conduce, es operado de manera robótica.
NASA realizará un experimento de materiales a bordo, estudiando cómo distintos objetos reaccionan ante las condiciones del espacio, como la radiación y el constante cambio de temperatura mientras la nave pasa por el día y la noche en la Tierra. Además, X-37B llevará a bordo 10 satélites pequeños conocidos como "CubeSats", que serán usados para probar nuevas tecnologías de propulsión y comunicación.
Uno de ellos fue desarrollado por la Sociedad Planetaria, una organización sin fines de lucro que promueve la exploración espacial. Bautizado como "LightSail", se trata de una vela formada por cuatro piezas de "mylar" y que sirve para mantener a flote el satélite. Esta versión es una prueba a menor escala, por lo que se espera que ese CubeSat caiga a la Tierra tras algunos días, pero el próximo año se debería lanzar una versión más grande, a bordo de un cohete de Space X.
Aunque se han reservado muchos detalles sobre este vuelo del X-37B, la Fuerza Aérea reconoció que practicará un experimento de propulsión que involucra una propulsión eléctrica. Los investigadores de la Fuerza Aérea quieren revisar modificaciones al diseño de propulsores de iones con los que ya vuelan algunos de los más avanzados satélites de comunicaciones militares.