A las autoridades les molestó que la cantante no ajustara su show para cumplir con un espectáculo más recatado.
AFP.RABAT.- Aunque han pasado tres días desde que Jennifer Lopez generó polémica en Marruecos por la difusión en televisión de su sensual espectáculo en vivo, las autoridades de ese país no dejan de hablar de la controversia.
El grupo parlamentario del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que encabeza el gobierno, hoy exigió explicaciones al ministro de Comunicaciones por "la difusión televisiva de escenas que atentan contra el pudor público" y "con connotaciones sexuales".
La primera persona descontenta ha sido el propio ministro de Comunicación, Mustafa al Jalfi, quien horas después de ver las escenas de Jennifer Lopez en horario de máxima audiencia escribió en su cuenta de twitter que le parecía "inaceptable" y "contrario a la ley" la difusión de ese concierto en la televisión pública.
Había expectación por ver si J.Lo adaptaba su espectáculo al público marroquí y lo hacía menos atrevido, pero la estrella del Bronx no tuvo miramientos: desfiló con siete trajes distintos, perreó y paseó a cuatro patas por el escenario.
Lopez abría este año el Festival Mawazine, el mayor evento musical de Marruecos y el único por el que desfilan estrellas como Rihanna, Shakira, Ricky Martin o Justin Timberlake, ante las que el PJD apenas puede disimular su disgusto. Cada año algún ministro o diputado islamista critica la "pornografía" o la "inmoralidad" que lo envuelve.
El problema es que Mawazine es un festival que cuenta "con el alto patrocinio del rey Mohamed VI", como se repite en todos y cada uno de los conciertos.
El día que apareció Jennifer Lopez, además, la esposa de Mohamed VI, Lalla Salma, estuvo en primera fila con sus dos hijos, según el diario digital Alyaoum24.
Dardos contra canal de televisión
Los islamistas del PJD no se han atrevido a cargar contra el festival mismo, considerado un empeño personal del monarca, sino contra la televisión pública 2M, que en los catorce años de historia del Mawazine ha retransmitido todos los conciertos de mayor audiencia.
Este partido considera que la difusión del concierto de la diva estadounidense ha infringido dos artículos que rigen el funcionamiento de la cadena pública: uno relativo a la moral y las buenas costumbres, y otro sobre la protección a la infancia.