
SANTIAGO.- Esta historia recién comienza, pero qué cerca empezamos a sentirnos del gran objetivo. Porque anoche, sin ser muy vistosos, cometiendo algunos errores y soportando un arbitraje con un tufillo delincuencial, Perú consiguió un resultado de oro apelando al temperamento propio de aquellos que se saben superiores.
El valiosísimo 1-1 de anoche sirve además para espantar viejos y absurdos fantasmas, de los que ojalá logremos despegarnos para poder alzar vuelo definitivo.
El golazo de Jayito, obra de arte cincelada tras precisa estocada del 'Chorri' Palacios, hizo que a los 38 minutos dos mil gargantas peruanas explotaran en el grito de gol peruano más emocionante escuchado en estas tierras. En medio del silencio chileno, los corazones se pusieron a mil mientras el menudo volante de Unión de Santa Fe se estrechaba en infinitos abrazos con Soto, Palacios, Pizarro y el chiquillo Soria.
Cierto es que la alegría duró poco, porque cuatro minutos después una barrera mal hecha permitió que Javier Margas emparejara la cuenta, pero la emoción no se alejó en ningún instante del Nacional.
Maturana ganó el partido desde el pizarrón. Sorprendió a todos con la inclusión de David Soria, quien, tácticamente, cumplió una labor encomiable. Lo recostó sobre el sector derecho chileno, el más flojo del equipo de Acosta, apareciendo como sorpresa cuando surgían los pelotazos que Palacios lograba enviar entre la maraña de piernas mapochas.
Empero, fue también la banda derecha peruana la que sufrió más al principio, porque Rojas subió mucho por ese lado, aprovechando que Soto se recostaba sobre el medio para colaborar en la marca de Zamorano.
El andar del partido hubiera cambiado muy pronto si Soria llegaba un segundo antes a una pelota servida por Palacios en el punto de penal apenas en el arranque, o si 'Chemo' apuntaba mejor y no enviaba afuera su pelotazo rasante, tras gran jugada de Solano por derecha.
Y también si Epifanio González no se comía ese grosero penal que Soto le hizo a Zamorano apenas a los 13 minutos. Luego el paraguayo inclinaría burdamente la cancha en contra de los nuestros, dejando de sancionar codazos y zancadillas, perdonando amarillas y cortando ataques peligrosos.
Perú aplicó, en general con buen resultado, una defensa en línea con Pajuelo y Rebosio alternándose la marca de Zamorano y Salas, en tanto que Jayo se encargaba de Tello.
No obstante, no hubo una salida clara en el medio porque Del Solar estuvo lejos de ser la pieza clave que encandiló ante Paraguay, dejando a Palacios muy solo.
Sin salida era poco lo que podía hacer Pizarro, groseramente marcado por el mundialista Margas, a quien el inefable González no expulsó porque no quiso.
Cuando Acosta hizo ingresar a Sierra, se pensó que Chile pasaría a dominar las acciones. Pero fue a la inversa. Perú administró mejor el balón e incluso Claudio tuvo sobre los 23' del complemento una chance de desnivelar cuando pegó un fierrazo en el poste, luego de eludir a Tapia.
En los últimos minutos, Ibáñez, con dos atajadones ante Salas (el árbitro anularía la acción marcando mano del 'Matador') y Núñez, le devolvió la confianza al equipo, en momentos en que Chile era un desordenado vendaval.
El de anoche fue un resultado histórico. Es el segundo punto que se obtiene en Santiago en una eliminatoria. Aunque faltan 16 finales, ya empiezan a acumularse los argumentos para empezar a soñar.
Patrick Espejo M., desde Santiago
El Comercio (Perú) - GDA
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