SANTIAGO.- Después de cuatro días de vencido el plazo original y luego de una nueva fijación de fechas por parte del juez Guzmán, el desaforado senador vitalicio se sometió este miércoles a los esperados exámenes médicos, necesarios a esta altura del proceso para que el magistrado decida continuar o no con el juicio a Pinochet por el caso "Caravana de la Muerte".
De acuerdo al nuevo calendario, este lunes se debiera llevar a cabo la declaración indagatoria a Pinochet, tras lo cual el magistrado estaría en condiciones de someterlo a proceso por el homicidio de 57 personas y el secuestro de otras 18.
Pero la defensa -compuesta por un equipo de 7 abogados- confía en que este paso no será necesario, pues creen que para el lunes el ministro de fuero ya tendrá en su poder los primeros resultados de los exámenes médicos, informes que demostrarán "que el senador Pinochet no está en condiciones de afrontar un debido proceso", en palabras del jurista y miembro del
staff asesor, José María Eyzaguirre.
Mientras el juez Guzmán supervisaba los peritajes a los que estaba siendo sometido Pinochet este miércoles en el Hospital Militar, Eyzaguirre accedió a conversar con
emol.com para analizar los escenarios judiciales que siguen de ahora en adelante.
¿El objetivo fundamental de la defensa de Pinochet es evitar, en última instancia, que no se le practique la declaración indagatoria?
"Nuestra postura es que deben practicarse los exámenes médicos con el objeto de establecer realmente si está o no en condiciones de enfrentar un proceso y, en este sentido, queremos hacer efectiva la garantía constitucional del debido proceso".
¿Se puede concluir que el general Pinochet sí esté en condiciones físicas de enfrentar un juicio, pero no en condiciones mentales?
"El senador Pinochet tiene 85 años y bastantes enfermedades acumuladas, entre ellas algunos derrames. Diría que tanto en su estado físico como en su estado mental presenta problemas, que si bien no constituyen locura o demencia, a mi juicio lo imposibilitan para afrontar un debido proceso".
¿Tal como se ve el escenario en este minuto, diría usted que al parecer la única salida procesal para Pinochet es que los exámenes médicos arrojen como resultado que está demente o senil?
"En absoluto. Esa no es la única salida. Nosotros nos hemos esforzado para que se hagan los exámenes, aun sabiendo que pueden arrojar dos tipos de resultados: que el general Pinochet no está en situación de afrontar un debido proceso, por lo que la causa en su contra se terminaría por sobreseimiento; o que se concluya que sí está en condiciones físicas para afrontarlo. En ese caso la defensa se la jugará en demostrar su inocencia".
En concreto, ¿qué significa que Pinochet no se encuentre en condiciones físicas de afrontar un juicio?
"Nosotros creemos que la salud del general, tanto en sus condiciones físicas -por la cantidad de enfermedades que padece- como en su estado mental, no le permitan afrontar un debido proceso. No es que la diabetes, aislada del resto de las enfermedades que padece, por ejemplo, la elevemos a nivel de una causal de eximición de responsabilidades".
De acuerdo a la Constitución, para que una persona pueda ser sometida a proceso tiene que estar en condiciones de defenderse, y en este minuto el general Pinochet no está en condiciones de hacerlo.
A tal punto ha llegado esto que el general Pinochet no puede proporcionarle a su defensa los medios necesarios para poder hacerse cargo de las eventuales acusaciones que se le puedan generar.
¿Quién es el que imparte las directrices de la defensa entonces?
"El equipo jurídico es el que toma las decisiones de cómo actuar judicialmente en los tribunales. Obviamente cuando nos reunimos con él le informamos los pasos que hemos seguido en el proceso".
¿Qué opinó Pinochet cuando se le recomendó no presentarse a los exámenes médicos ni a la declaración indagatoria?
"Su opinión siempre ha sido la de respetar lo que le ha planteado la defensa, siempre que se encuentre dentro del marco de la ley. Su preocupación ha sido siempre actuar dentro del marco de la Constitución y las leyes".
"Se ha dicho que el equipo jurídico le habría recomendado ponerse en un estado de rebeldía, desconociendo las resoluciones judiciales. Esto no ha sido así, pues nuestra actuación ha sido sólo impugnar las resoluciones dictadas por el ministro Guzmán, a través de recursos judiciales que la ley nos entrega".
"Nuestro planteamiento fue acogido en virtud que en su última resolución, el magistrado estableció que los exámenes serán en el Hospital Militar, dejando un plazo prudente para tener los resultados de los mismos. Con ellos, el juez tendrá todo los antecedentes para decidir que Pinochet no está en condiciones de ser sometido a proceso".
Después del respaldo que la Suprema hiciera al juez Guzmán el viernes pasado, no quedaba ningún recurso pendiente presentado por la defensa tratando de evitar las diligencias. En virtud de ello, ¿por qué de todas maneras mantuvieron la decisión de no presentarse, no es eso entrar en desacato?
"No, porque cuando el juez Guzmán no consideró nuestro
recurso de reposición, la defensa presentó inmediatamente el mismo viernes un
recurso de hecho para pedirle a la Corte que aceptase el
recurso de apelación y para que se pronunciase sobre las órdenes de no innovar que habíamos solicitado. Así las cosas, en ningún minuto hubo un desacato por parte de Pinochet".
Hay que considerar, por lo demás, que los exámenes médicos es un derecho que la ley le otorga al inculpado y no una obligación. Vale decir, negarse a los exámenes no constituye un desacato a la ley.
"Aun cuando creemos que ese escenario no se va a dar en virtud del resultado de los exámenes médicos, si Guzmán lo termina sometiendo a proceso nosotros vamos a impugnar esa situación, ya sea por la vía del recurso de amparo o por la vía del recurso de apelación que nos concede la ley en estos casos".
Específicamente, bajo qué parámetros la defensa acusa al juez Guzmán de mantener una postura imparcial en este proceso, pues incluso el magistrado ha recibido el respaldo de la Corte Suprema?
"El juez Guzmán ha tenido una conducta absolutamente errática, por cuanto no ha considerado los argumentos de la defensa en la misma forma en que sí ha aceptado los argumentos de los querellantes. Prueba de ello es que sometió a proceso al general Pinochet, sin siquiera oírlo. Estimó que un exhorto enviado a Londres -y que el general no contestó-, como suficiente declaración suya para someterlo a proceso".
Luego cambió el cronograma en que se tomarían los exámenes y el interrogatorio. Primero había suspendido la declaración hasta conocer los resultados de los exámenes; luego, sin razón alguna, resolvió interrogar a Pinochet a la mañana siguiente de los exámenes, previos para al dictamen de los médicos. Finalmente cambió otra vez el cronograma, fijando el interrogatorio dos días después de los exámenes.
"Al juez Guzmán le da lo mismo los exámenes médicos y no considera en absoluto la garantía del debido proceso que favorece al senador Pinochet. A esto se suma la carta que le envió a la presidente del Consejo de Defensa -entidad que es parte del proceso- y algunos antecedente graves que han denunciado otros de los procesados, como la defensa del general Arellano".