SANTIAGO.- El ejército reiteró hoy que "siempre seguirá apoyando al general (Augusto) Pinochet", brindándole "seguridad, asistencia médica, bienestar y ayuda espiritual".
La posición del ejército fue formalizada por su vocero, coronel Pedro Pablo Bustos, al vespertino La Segunda, a raíz de versiones de prensa que aseguraban que se había producido un distanciamiento entre la institución y su ex comandante en jefe.
Las versiones citaban, entre otras cosas, declaraciones de la hija menor de Pinochet, Jacqueline, que criticó al ejército por no defender a su padre con mayor energía.
El ejército, dijo Bustos, "está y estará siempre preocupado por la imagen (de Pinochet) y por darle el apoyo que le pueda brindar".
La aclaración surgió luego que informes de prensa señalaron en las últimas horas que el ejército había presionado a Pinochet para que acatara las decisiones del juez que pretende juzgarlo, y que el senador vitalicio desconoció en un momento.
Según las versiones, esa posición del ejército fue transmitida a Pinochet por el comandante en jefe de la institución, general Ricardo Izurieta, y el jefe del estado mayor, general Juan Emilio Cheyre.
Bustos dijo que en una entrevista con Pinochet, Izurieta le reiteró que "a pesar de las críticas de algunos sectores u organismos, el ejército seguirá apoyando al general Pinochet".
Pinochet desobedeció el fin de semana la citación judicial para someterse a exámenes médicos y luego a un interrogatorio, cosa que finalmente comenzó a cumplir a partir de ayer.
Según las versiones de prensa, Izurieta y Cheyre dijeron a Pinochet que debía acatar las decisiones judiciales, y Cheyre incluso le dijo que el no hacerlo, podría producirle "dificultades con el apoyo logístico" que el ejército le brinda, y que incluye su protección física.
Los informes radiales y de prensa aseguraron que los jefes de la escolta de seguridad de Pinochet fueron trasladados a otras funciones por haber asumido una actitud agresiva cuando el juez Juan Guzmán sometió a proceso a Pinochet el primero de diciembre pasado.
Ese día, se vio a los guardaespaldas que custodiaban a Pinochet en su residencia campestre usando chalecos antibalas y con granadas y armas automáticas.
El ejército aseguró que los cambios de destino de esos oficiales fueron normales.