SANTIAGO.- El desaforado senador Augusto Pinochet se retiró hoy a descansar a su casa de La Dehesa, en Santiago, después de más de 10 horas de exámenes psicológicos y psiquiátricos que son decisivos para determinar si es capaz de enfrentar un juicio por violaciones a los derechos humanos.
El octogenario general salió del Hospital Militar cerca de las 19.00 hora local en medio de fuertes medidas de seguridad, al término de la segunda jornada de los análisis que decretó el juez especial Juan Guzmán, quien investiga más de 200 querellas en su contra.
En el primer día de exámenes, a Pinochet se le practicaron diversos análisis clínicos y en esta jornada el ex gobernante militar fue sometido a varias entrevistas con los psiquiatras Inge Onetto y Slavko Venusic, del Servicio Médico Legal, y la psicóloga Siomara Chahuán, del mismo organismo.
Los peritajes psiquiátricos y psicológicos midieron la capacidad de lenguaje y pensamiento, su coherencia y claridad, así como el nivel de conciencia y memoria que tiene el desaforado senador vitalicio.
Debido a que los análisis psiquiátricos y psicológicos se realizaron en una jornada, se presume que los exámenes podrían terminar mañana, viernes, con los estudios neurológicos, a cargo de los médicos Hugo Aguirre (del Servicio Médico Legal), Violeta Díaz y Manuel Fruns Quintana, de la Universidad de Chile.
Los exámenes se realizaron sin la presencia del juez Guzmán, quien viajó a Concepción, a 500 kilómetros al sur de Santiago, para cumplir diligencias judiciales derivadas del caso Pinochet.
Los exámenes mentales y neurológicos fueron ordenados por los tribunales el 2 de noviembre pasado, después de que el 8 de agosto Pinochet fuera despojado de su inmunidad parlamentaria por la Corte Suprema en un fallo que autorizó su procesamiento por secuestros y homicidios en 75 casos de la "Caravana de la Muerte".
De acuerdo al calendario fijado por el juez Guzmán, las pericias médicas deben extenderse hasta el próximo sábado 13, mientras que el lunes 15 se realizará el interrogatorio, que es un trámite fundamental para definir la situación procesal del ex gobernante.
Los exámenes mentales son un beneficio que concede la ley chilena a todos los inculpados mayores de 70 años con el objeto de determinar si padecen algún grado de locura o demencia, únicas causales que pueden eximirlos de un juicio.
En el caso de Pinochet se añadieron también los estudios neurológicos para definir si algunas de las enfermedades que padece -como la diabetes o los tres infartos cerebrales que sufrió mientras estuvo detenido en Londres- afecta su capacidad mental para enfrentar un proceso.