SANTIAGO.- Los abogados querellantes en el denominado caso "caravana de la muerte" solicitaron esta mañana al ministro de fuero Juan Guzmán Tapia el
procesamiento del senador vitalicio Augusto Pinochet.
Los profesionales fueron acompañados en esta solicitud por la secretaria general del Partido Comunista, Gladys Marín, la presidenta de la agrupación de detenidos desaparecidos, Viviana Díaz y la presidenta de los familiares de ejecutados políticos, Patricia Silva.
Hugo Gutiérrez agradeció el "empeño y perseverancia" de los familiares de las víctimas, quienes con esto están "concretando un sueño". Calificó este día de "feliz y maravilloso".
En tanto la abogada Carmen Hertz dijo que hoy "culmina un largo camino de muchos chilenos".
El abogado Juan Bustos calificó esta solicitud como "un hecho memorable" y afirmó que con esto es posible lograr la reivindicación de nuestra dignidad ante toda la comunidad internacional para que nunca más estos hechos vuelvan a ocurrir en chile.
Los familiares de las víctimas que acompañaron a los abogados querellantes abandonaron los tribunales gritando "justicia, queremos justicia".
En tanto, el juez Guzmán abandonó Santiago.
Pinochet declaró que no ordenó ejecuciones
Ayer se cumplió con el trámite de la declaración indagatoria del ex gobernante, considerado no sólo como una diligencia clave para el futuro del proceso, sino que también como un acto judicial con relevancia histórica, al constituirse en la primera vez que Pinochet es interrogado por un juezen calidad de inculpado.
Desde que dejó la comandancia en jefe del Ejército, en marzo de 1998, y asumió como senador vitalicio, el general Pinochet ha debido enfrentar situaciones judiciales que no se preveían en los primeros años de la transición. Ya en enero de ese año, el ministro Guzmán había acogido a tramitación la querella del Partido Comunista en su contra, en lo que se consideraba un proceso judicial que concluiría rápidamente.
Pero el factor inesperado que provocó la activación completa del juicio en Chile fue la detención del ex gobernante en Londres el 16 de octubre de 1998. Sólo en marzo del año pasado el ex Mandatario regresó a Santiago, luego de que por razones de salud el ministro del Interior británico, Jack Straw, abortara el intento español de juzgarlo en Madrid.
Ya en Chile, en estos diez meses, el general (r) fue desaforado y ahora debió prestar declaración ante el juez Guzmán.
Todas las versiones coinciden en que fue un encuentro cordial entre los dos principales actores de una causa que en tres años ya acumula 210 querellas. Hubo un apretón de manos al principio y luego las cerca de 15 preguntas, centradas todas en el caso de la comitiva militar, que el general en retiro contestó brevemente.
De acuerdo con los primeros trascendidos, el ex Jefe del Estado contestó una a una las interrogantes que le formuló el juez. Se trató básicamente del interrogatorio que el magistrado ya le había enviado vía exhorto a Londres en 1999, pero que el senador vitalicio no respondió en esa ocasión argumentando que se encontraba preso en una nación extranjera.
Respecto de la existencia de la delegación de funciones al general Sergio Arellano Stark que permitió la misión de octubre de 1973, el ex gobernante habría reconocido su existencia, pero sólo como una comitiva para acelerar procesos.
Pinochet negó que hubiese ordenado matar o secuestrar personas y aseveró que no tuvo conocimiento posterior de que se hubiesen cometido delitos.
En cuanto al hecho de que no se investigaran las ejecuciones, el general en retiro habría señalado que en caso de haber delitos de parte de los subalternos, quienes debían indagar eran los jefes de plaza y no el comandante en jefe.
Están procesados en la causa como autores de homicidios y secuestros el general (r) Sergio Arellano Stark, el brigadier en retiro Pedro Espinoza, el capitán desertor del Ejército Armando Fernández Larios, y los coroneles Sergio Arredondo, Patricio Díaz y Marcelo Moren Brito.
Garín habría sido más consecuente con línea de la defensa
El general (r) Guillermo Garín, coordinador y vocero del desaforado senador Augusto Pinochet, sostuvo hoy que habría sido más "consecuente" con la línea de la defensa, que el retirado militar hubiese argumentado condiciones de salud para no contestar el interrogatorio del juez Juan Guzmán Tapia.
Garín dijo en entrevista a TVN que por el tipo de preguntas que se hizo, se da a entender que hay una limitante porque el cuestionario que se dio a conocer era mucho más amplio.
"Aquí hay una consideración que no le permite al magistrado ir más allá", preciso.
Aseguró que no fueron 15 preguntas que se le hicieron a Pinochet e indicó que confía en que el informe médico será acogido por el magistrado el cual podría decretar razones de salud para no interrogarlo.
Descartó que exista molestia en la familia de Pinochet, porque el interrogatorio era una posibilidad que existía y era lo más conveniente para el ex comandante en términos judiciales.