SANTIAGO.- El juez especial Juan Guzmán, quien inició el lunes pasado proceso contra el ex gobernante Augusto Pinochet por el caso "Caravana de la Muerte", aseveró que siente "cariño" por el militar retirado y que incluso reza por él, en una entrevista publicada hoy por el diario "La Tercera".
El magistrado -católico declarado- dijo que, pese a que la labor de un juez es esencialmente técnica, se ha sentido tocado por el dolor de los afectados en la causa donde se produjeron 75 muertes, pero sostuvo que había conocido a Pinochet en el pasado y que también le agradaba.
"Le tengo cariño al general Pinochet, como persona. Es el prototipo de un chileno. Me es simpático. Me ha tratado siempre con cordialidad. El hecho de estar con la gente me acerca más a la gente. Créame que no es fácil procesar a nadie. Es muy duro procesar a un semejante. Hace 30 años que soy juez y todavía no puede ser fácil".
Con respecto al futuro del caso y a una eventual condena, dijo que no podía opinar sobre el proceso, y recordó que faltan muchos recursos pendientes. "De eso va a depender el juicio. Espero que Dios le dé la larga vida que merece todo ser humano. Yo rezo por el general Pinochet".
Sostuvo que, aunque lo critiquen, mantendrá su postura de procesarlo y sin embargo pedir a Dios por él. "Lo considero un hermano. Por eso es tan duro juzgar a una persona, porque es siempre juzgar a un hermano. No soy un beato, pero tengo un respeto muy profundo por la condición humana".
Sobre las más de 200 querellas que sigue contra el ex dictador y lo prolongado que sería seguir investigándole causas, el magistrado opinó entre risas que "estamos hermanados en este proceso. Yo estoy esposado a Pinochet y él a mí. Vamos caminando de la mano y no sé cuál de los dos está más contento".
Enfatizó que, no por el hecho de que Pinochet esté bajo arresto domiciliario y él en libertad, su labor deje de ser menos ingrata. "Si uno lee a Sócrates... Y también lo dice Cristo: es mejor ser juzgado que juzgar".
En relación a la salud de Pinochet, Guzmán señaló que "para mí es un hombre normal, con los achaques de la edad que tiene. A mí no me gusta juzgar a gente enferma. En un país como el nuestro nos toca a diario enjuiciar a personas enfermas, con sida, con cáncer, y hay que hacerlo igual. No existen las razones humanitarias que hay en otros países. Pero eso no es culpa de los jueces sino de los legisladores. En todo caso, Pinochet estaba mucho mejor, sicológicamente, de lo que yo creía".
Mantuvo su opinión de que Pinochet es un hombre valiente porque, en el interrogatorio a que lo sometió, le respondió muchas más cosas de las que le preguntó, contraviniendo incluso a sus abogados.
"Fue muy valiente. Noté que los abogados no querían que contestara las preguntas que le hice. Sin embargo, ahí hizo presente su estado de soldado, como lo ha dicho tantas veces antes. Creo que él quiso hacer frente al juicio y lo hizo virilmente. Entonces, pienso que esa imagen que le han hecho, de escabullir a la justicia, en mi concepto no existe", manifestó.
"En este caso -continuó Juan Guzmán- él (Pinochet) insistió, con porfía, en contestar. En su manera de pensar, puede ser que tenga la conciencia tranquila. Pero no sé si es culpable o no, para eso se está investigando".
Junto con señalar que las presiones que recibió -a favor y en contra de Pinochet- se acabaron en diciembre, al dictar su primer procesamiento, negó que hubiese sido pasar a la historia a raíz de un fallo en ese sentido y que nunca buscó protagonismo internacional.
"Pasar a la historia a costa de otro, no me interesa. Eso es maquiavélico, no es humano. Me gustaría no pasar a la historia, me gustaría ser un pobre de espíritu. Pasar a la historia con un juicio, no me gusta. Hubiera sido más feliz si otro hubiera sido el que pasa a la historia por este juicio", remató el magistrado.