ROMA.- El ministro de Justicia, José Antonio Gómez, declaró hoy que el proceso que los tribunales chilenos realizan contra el ex general Augusto Pinochet ha dado una buena imagen del país en el exterior, lo cual pudo constatar durante la visita oficial realizada a Italia.
"Muchos creían que no habría sido posible, cuando volvió a Chile tras haber sido detenido en Inglaterra", señaló Gómez a la Agencia Alemana de Prensa (DPA), aunque precisó que Pinochet no había sido el tema más importante de las conversaciones que tuvo con las autoridades italianas durante los tres días que permaneció en Roma.
"Todo el mundo reconoce que se está haciendo justicia y que los tribunales actúan de manera independiente y esto, sin lugar a dudas, ha dado una buena imagen al país", manifestó.
Insistió en que "no fue el motivo principal de las reuniones y que sólo le habían preguntado sobre cómo se llevaba a cabo el proceso, teniendo en claro que Chile está haciendo lo que le corresponde, los Tribunales de Justicia trabajando en su área, sin intervención del poder Ejecutivo".
Reiteró que el gobierno chileno está dispuesto a colaborar con la investigación que se realiza en Italia sobre la "Operación Cóndor", donde el fiscal Giancarlo Capaldo se propone someter a proceso a la cúpula militar de las dictaduras de Argentina, Chile, Uruguay y Brasil por su presunta responsabilidad en la represión coordinada para exterminar a sus opositores.
En la primera lista de los investigados se encuentra justamente Pinochet, a quien se indica como creador de este plan de coordinación de los aparatos represivos para exterminar a los opositores que lograban huir de su país y buscar refugio en una de estas otras nacionales sudamericanas.
La investigación que afectaba sólo a Pinochet se extendió a más de 50 personas, entre Jefes de Estado, y responsables de las juntas militares y de los servicios de seguridad chilenos, argentinos, uruguayos y brasileños.
El fiscal ha reconstruido los modos y los tiempos de la desaparición de 20 italianos, todos secuestrados e introducidos a la fuerza en automóviles civiles usados para volver a llevar a los opositores a los países de los cuales habían huido para escapar de la represión.