SANTIAGO.- La ministra chilena de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, afirmó hoy que el "dolor" de los crímenes cometidos por las dictaduras fue "común" a América Latina, pero unió a los países en la búsqueda de verdad, maneras de reparación y fortalecimiento de la democracia.
"Tenemos en común el dolor de tantas personas que, en algunos casos, aún tiñe con su manto de silencio nuestras tierras. Tenemos en común la obligación moral de crear oportunidades de encuentro entre todos nuestros ciudadanos, para terminar de ese modo con los silencios del pasado", afirmó.
Sin embargo, la canciller dijo que el principal tema de unión que existe en este momento entre los países de la región es "el compromiso de construir sociedades más democráticas en las que el respeto de los derechos de las personas sea una frontera que el Estado jamás pueda cruzar".
Soledad Alvear hizo esta reflexión al cerrar el seminario "Las Comisiones de Verdad y los Nuevos Desafíos en la Promoción de los Derechos Humanos", en el que participaron representantes de diversos países latinoamericanos.
Entre los asistentes destacaron el ex Presidente del Gobierno español Felipe González y los también los ex Mandatarios Raúl Alfonsín, de Argentina, y Patricio Aylwin, de Chile.
El encuentro fue organizado por la Corporación Justicia y Democracia, que dirige Aylwin, y fue inaugurado por el actual Presidente chileno, Ricardo Lagos.
En la clausura del seminario, la canciller destacó la importancia de buscar la "verdad global" sobre lo ocurrido, de un "reconocimiento" también global y de la necesidad de establecer reparaciones.
"Restituir a las víctimas en su dignidad, y reconocerlos como sujetos injusta y cruelmente apartados de la comunidad, es muy importante para hacer de la verdad un paso hacia la justicia, una forma de reconstituir el orden quebrantado", afirmó.
Sostuvo que es necesario instalar en la conciencia ciudadana a los derechos humanos "como los límites absolutos que, en un Estado democrático, reconoce el ejercicio del poder".
Sin embargo, recalcó que "la memoria no equivale a vivir volcados hacia el pasado repitiendo una y otra vez, de manera incesante, la alegría o los dolores que alguna vez se han experimentado".
"Cuando una comisión de verdad es capaz de mirar hacia el pasado y comprobar cómo esa legitimidad pudo ser rota o quebrantada, está contribuyendo a que la República se consolide y fortalezca. Después del trabajo de esas comisiones, la democracia es más fuerte y más segura", concluyó.