SANTIAGO.- Los consejeros nacionales del Partido Radical Socialdemócrata (PRSD) Cristián Rodríguez, Rodrigo Alvarez y Fernando Bórquez manifestaron su malestar con el presidente de la colectividad, Anselmo Sule, a quien responsabilizan de la "oligarquía estaliniana y falta de democracia interna producto del pequeño grupo controlador del radicalismo, cuyo más ambicioso objetivo es la parasitación del Estado".
Los dirigentes lamentaron la actitud de rechazar a priori el debate de avanzar hacia una fusión o incorporación con el PPD y exigieron a la mesa directiva citar a un consejo general, que es la máxima instancia de la colectividad, a fin de buscar alternativas respecto de la crisis terminal que vive el histórico partido.
Los consejeros manifestaron que las ideas y el compromiso con el servicio público de antaño se ha diluido y en su lugar han emergido los intereses y las ambiciones particulares por la mantención de las parcelas de poder, que permiten administrar para su beneficio la demolición partidaria, que han transformado en irreversible.
Expresaron que el "desastroso" resultado de la reciente elección municipal, donde el 5,7 por ciento obtenido por el PRSD es fruto de los alcaldes Rowe, Kaplán y Bernucci, de Calama, Viña del Mar y Chillán, respectivamente, junto a la "nefasta" negociación parlamentaria, que permite la obtención de sólo dos diputados, Los Angeles y San Antonio, sumado a la difícil elección del único candidato al Senado, condena de antemano a la extinción política y a una muerte anunciada al partido.
Los dirigentes emplazaron a la denominada "Patrulla Juvenil", encabezada por el subsecretario Patricio Tombolini y Ernesto Velasco, a referirse a la propuesta de fusión y a la profunda crisis orgánica e indigencia política que enfrenta el PRSD, advirtiendo que de no hacerlo se producirá una fuga de radicales a nivel nacional.
Los consejeros nacionales insistieron en un urgente debate interno que permita transitar hacia un nuevo referente en la vida política nacional, que debiera ser producto de la fusión del histórico partido laico con el Partido de la Democracia, que hoy ha sabido levantar de mejor forma banderas de lucha del radicalismo, y que de la misma forma permitirá enfrentar con mejores armas la próxima elección parlamentaria.
"Siendo ésta la alternativa más realista para impedir que el pensamiento humanista, laico y libertario se extinga definitivamente", concluyeron.