SANTIAGO.- A corto o mediano plazo, la deteriorada salud del ex comandante en jefe del Ejército chileno Augusto Pinochet se convertiría, paradójicamente, en su tabla de salvación.
Analistas coincidieron en que las enfermedades que padece el retirado general le permitirían eximirse del proceso judicial en su contra, que lo mantiene en libertad pero acusado de encubridor de crímenes perpetrados durante su régimen, de 1973 a 1990.
"Es cuestión de meses más que de años la solución a este tema", dijo a Reuters el analista político de la Universidad de Chile Ricardo Israel.
La Corte de Apelaciones debe pronunciarse en las próximas semanas sobre una solicitud de los abogados de Pinochet, de 85 años, que piden su sobreseimiento por razones de salud, ya que estiman que no se encuentra en condiciones de ser procesado.
Exámenes médicos al ex comandante en jefe del Ejército diagnosticaron que sufre de una "demencia subcortical moderada", producto de accidentes vasculares, lo que se ha unido a un cuadro de diabetes y dificultades cardíacas.
"Hay un evidente deterioro. Hay progresos de sus enfermedades; si debe tomar más de diez medicamentos al día", afirmó el coordinador de la defensa, Guillermo Garín.
Sin embargo, la legislación chilena absuelve a un procesado sólo en caso de que sea considerado "loco o demente".
"Se le va a torcer la interpretación de la ley, y se le dará una salida médica y política al caso Pinochet (...). El poder en Chile aplaudiría una decisión de ese tipo", dijo Israel.
Todos apuntan a la salida
Los grupos de poder en Chile, como el propio gobierno, partidos políticos, fuerzas armadas, empresariado y la Iglesia Católica, han coincidido en la necesidad de terminar con el juicio a Pinochet en aras de la pacificación del país.
Lo que falta es que el poder judicial se rinda ante ese escenario atosigante, afirmó el analista.
El propio juez Juan Guzmán, quien investiga más de 250 querellas contra el anciano general retirado, reconoció hace unos meses que había sido objeto de presiones indebidas, pero no especificó si a favor o en contra del desaforado senador.
"Es la vía, se va a dar. Si antes se había 'acordado' con el Presidente Lagos esa salida, pero, por distintas razones, se echó pie atrás", afirmó el politólogo Fernando Moreno.
Guzmán encargó reo a Pinochet en enero como "autor" de 75 secuestros y homicidios cometidos por la llamada "Caravana de la Muerte", una comitiva militar que recorrió el país exterminando opositores a la dictadura en octubre de 1973.
Pero un fallo posterior de la Corte de Apelaciones le rebajó su figura penal a "encubridor", lo que implicaría una sustancial reducción de una eventual condena.
Este movimiento fue considerado por analistas como una señal que allanaría el camino de un probable fin al juicio.
La sola mención a un posible sobreseimiento por razones de salud indigna a los acusadores, quienes aseguran que Pinochet está en plenas condiciones físicas y síquicas para continuar su proceso.
"Si se acoge el sobreseimiento, existiría una frustración (...). Pero no quedaría libre por inocente, sino porque se escondió bajo las polleras de sus médicos personales, reconociendo su demencia, en vez de afrontar un proceso judicial", dijo el abogado querellante, Hiram Villagra.
Mientras la política y el poder en Chile construyen una vía de escape para Pinochet, sus abogados intentan impedir que sea fichado, es decir, que se le fotografíe de frente y perfil y se le tomen sus huellas dactilares.
Este procedimiento, habitual para todo procesado, no se le ha hecho a Pinochet. La defensa, siguiendo a cabalidad su estrategia legal, plantea que es una humillación prontuariarlo como a cualquier criminal, pues eso también perjudicaría su salud.