SANTIAGO.- El senador demócrata cristiano Gabriel Valdés dijo que el país requiere de un acuerdo nacional donde todos, no solamente algunos, "reconozcan que aquí se cometieron horrores en el pasado, donde no se culpe a nadie, pero donde cada uno asuma su responsabilidad en esos hechos y diga, nunca más".
A juicio del parlamentario, el gesto de los militares y de la izquierda sobre derechos humanos no ha sido imitado por la derecha política, por lo que insistió en que se debe convocar a un gran acto para expresar públicamente la voluntad de no volver atrás.
Este ejercicio, señaló, no necesariamente debe ser religioso, sino patriótico, porque "todos tenemos culpas de no haber actuado con valor y de no haber visto el interés de Chile, sino más bien los intereses ideológicos, de partidos o de grupos de intereses".
Valdés sostuvo que este compromiso debe involucrar también a los actuales agentes del legislativo y ejecutivo y a los uniformados, para otorgarle más poder a la justicia con el propósito de que errores cometidos con paraderos de detenidos desaparecidos, como el caso de Juan Luis Rivera Matus, sean rápidamente aclarados.
El senador DC resaltó que el mayor daño que sufre el país es el mantenimiento de situaciones confusas, ambiguas respecto de estos delicados temas. Indicó que, igualmente, se debe hacer un gran esfuerzo para que la justicia, a través de procedimientos y de recursos, pueda terminar las investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos y en definitiva castigue u otorgue la amnistía a quien corresponda, porque "no podemos seguir indefinidamente con éstos casos por generaciones y generaciones".
Pinochet
Por otra parte, según el legislador, el país ya tiene en el olvido al senador vitalicio Augusto Pinochet, con la salvedad de los medios de comunicación. Al respecto, sostuvo que la justicia es muy lenta en Chile, porque el caso que involucra al ex comandante en jefe del Ejército debió de haber concluido hace tiempo, pero se mantiene a través de recursos procesales infinitos que no determinan si será condenado o amnistiado, "porque la ley de amnistía existe, pero no se aplica mientras no haya una condena".
Situciones como éstas, añade, "nos dividen en función de un procesalismo que afecta mucho a la claridad de la justicia, que para ser clara tiene que ser honesta e imparcial, pero repetidamente clara".
Gabriel Valdés agregó que bajo el principio de que la justicia lo resuelve todo, se provocan situaciones absurdas como la de recurrir a ella por problemas con los microbuses, pasando por la polémica de la píldora del día siguiente, con lo que se recarga a los jueces con una apreciable cantidad de materias y, en consecuencia, "no tenemos los procedimientos, ni los recursos para que realmente eso se haga con una velocidad que corresponda al tiempo moderno", reiteró.