BARRANQUILLA/SANTIAGO.- Planificación, acierto en los cambios, aplicación, cualquier cosa menos trabajo. Eso fue lo que tuvo Chile para doblegar 4-1 a Ecuador en su debut en Copa América y, de paso, poner término a su sequía ganadora -no festejaba una victoria desde aquella ante Brasil en el Nacional, en agosto de 2000- y romper el invicto de 10 meses que acumulaba el cuadro de Hernán "Bolillo" Gómez.
El DT Pedro García planificó bien el partido, si eso fue lo que aplicaron los jugadores en la cancha del estadio Roberto Meléndez de Barranquilla. Si bien el juego no fue vistoso, los ecuatorianos se desgastaron en la primera etapa, cuando Aros y Villarroel debieron aplicarse al máximo para controlar los ataques de Guerrón, De la Cruz, Fernández y Delgado. Claro que contaron con la ayuda significativa de Villaseca, un "patrón" en el mediocampo, y Maldonado.
En eso estaba Chile cuando Montecinos se mandó un carrerón que le sirvió para habilitar a Navia. El "Choro" se mandó un tiro rasante que doblegó a Ibarra. Algunos podían decir que no era justo el 1-0, pero si ajustado al juego táctico que puso en juego la oncena chilena.
Tras el empate ecuatoriano (obra de Chalá con una ajustada tijera), Chile perdió la brújula en la segunda fracción. Osorio no era capaz de controlar el balón porque Maldonado y los laterales volantes estaban más preocupados de contener que de juntarse con el pequeño volante.
Entonces vinieron los aciertos de García desde la banca. Primero colocó a Valenzuela en reemplazo de Maldonado. Fuerte la apuesta, pero Villaseca le respondió en la contención, por lo que Osorio tuvo un "partner" para enhebrar jugadas que alimentaran a Montecinos y Navia.
Ahí surgió la aplicación. Chile no se echó atrás, aunque lo ayudó Chalá cuando se hizo expulsar tras golpear por enésima vez a Villaseca. Y en eso García mandó a la cancha a Corrales, que son su velocidad complicó aún más a los espigados y fuertes defensores ecuatorianos.
Los goles de Montecinos (dos) y Corrales le cambiaron la cara a García y a todos los chilenos que siguieron el partido por la TV satelital. También le devolvieron la tranquilidad al plantel, que ahora enfrentará con otra mentalidad el duelo con Venezuela.
Pero no vaya a ser que Chile cambie del cielo a la tierra, cuando el sábado deba asumir el protagonismo. Ahí la aplicación será primordial porque García ya tiene un plantel donde echar mano.